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El hermoso disco de amor de las hermanas Shankar
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Periódico La Jornada
Sábado 11 de enero de 2014, p. a16

He aquí la belleza en esplendor:

Traces of you es el disco más hermoso que se ha grabado en mucho tiempo. Su autora es Anoushka Shankar pero en realidad podemos decir que sus autoras son las hijas de Ravi Shankar pero en realidad podemos decir que sus autores son unos músicos maravillosos unidos por el regocijo de la vida y sus misterios develados.

El tema central de este bello álbum es el amor. El amor filial. El amor fraterno. El amor incondicional a todos los seres. El amor a la vida.

Durante la preparación y grabación de este disco, el maestro (Pandit) Ravi Shankar trascendió.

De ahí el título: Traces of you: Rastros de ti. Rostros tuyos. Tus indicios. Claves para seguirte. Tus senderos. Trazos, tus trazos. (Traces of you/ linger like a teardrop/ Fresh upon the air/ My heart sings for you/ Play me like a rain cloud/ Sounds upon the air: Tus rastros/ están más vivos que una lágrima./ Fresca sobrevuela el aire./ Mi corazón canta para ti./ Hazme sonar como una nube que llueve/ como los sonidos que nos sobrevuelan.)

Lo trascendental, que no la muerte, atraviesa este disco de música profundamente espiritual y amorosa.

De hecho, el track inicial corresponde a la primera etapa del duelo: la negación.

The sun won’t set, la canción de inicio, fue escrita por Anoushka cuando su padre, Ravi Shankar, enfermó de gravedad. Ravi en sánscrito significa Sol. Esta canción expresa mi negación a dejarlo ir, a soltarlo, explica Anoushka y canta su hermana Norah: Brasas doradas me revolotean/ el día está por terminar/ imagino qué se sentiría caer/ debajo del sol cuando éste nazca/ Cada ocaso me mantiene en pie/ el árbol ha creado ya sus hojas/ el viento, el atardecer cambiante/ es lo más difícil de resistir/ El sol no se pondrá/ no ahora/ todavía no...

Al canto suplicante seguirán las siguientes etapas del duelo pero, al contrario de la cultura occidental, no tenemos aquí una música oscura, pesada, pesarosa sino cánticos luminosos para acompañar el largo camino hacia la luz del padre de las hermanas Shankar. Hermanas, dije hermanas, porque eso de media hermana suena mal, como que no es hermana, o lo es, no lo sabemos, de la cintura para abajo o para arriba o para en medio. No medias. Hermanas.

La condición paterna de Norah Jones, desde su apellido, implica situaciones privadas que no ventilaremos aquí. Lo que sí haremos será celebrar el hermosísimo track final del disco: Unsaid, Lo No Dicho, Lo que no se dijo, Lo que no nos dijimos: una hermosa canción de amor escrita por Anoushka y que canta su hermana, Norah:

Amor, faltó decir: amor./ Gracias, también faltó decir: gracias/ Sé quién eres, ¿quedó quizá sin decir?/ No sé lo que sí fue dicho./ Mi corazón, mi corazón es el que te habla/ tu corazón sabe que lo que dije fue verdad./ En cuerpo, sangre y alma vengo/ caminé en el amor y no en la vergüenza./ Los corazones pueden decir lo que los labios no / hubo más, perdí mi oportunidad./ ¿Hubo cosas que debí hacer? / ya es tarde para eso, ahora eres ido/ La fortuna me sonrió, querido mío/ porque tuve la oportunidad de decirte adiós./ En tus ojos fue amor lo que leí/ y entonces ya no queda más por decir.

Esos bellos versos de Anoushka los enuncia Norah con una suavidad de arrullo, de canción de cuna. Ambas cantan para el sueño eterno de su padre, llenas de paz, serenidad y ternura. Después de los primeros versos, el sitar de Anoushka los dice también con dulzura tal que los ojos se nos humedecen de tanta belleza titilando.

El track central, 7: Metamorfosis, canta como aeda el momento de la transición de Ravi Shankar: el momento de la muerte, cuando rompemos el capullo, nos salen alas en la espalda y volamos, somos libres. Un coro femenino canta un hermoso mantra perteneciente al Rig Veda y que se canta al oído de los moribundos, para alumbrarles el camino, de igual manera como en la tradición budista se le recitan a quien transita hacia el umbral, al pie de su oído, los versos del bardo: el intersticio, el paréntesis, el espacio que hay entre entregar el cuerpo y encarnar de nuevo. Los ciclos de la existencia suenan en este bello, extraordinario disco-himno de amor.

Cuando fallece una persona que amamos, lo que hacemos es aprender a vivir con ella de una manera diferente. El nuevo disco de las hermanas Shankar es esa manera. Porque Ravi Shankar no es un difunto ni un fantasma ni un aparecido ni una obsesión. Es una energía, una presencia, un flujo de conciencia que nos ilumina, acompaña, aconseja, cuida. Salva. Porque el amor es lo único que salva.

Ragas, melodías bellas, canciones hermosas. El nuevo disco de las hermanas Shankar puede leerse de muchas maneras: las tres canciones que canta Norah Jones lo hacen un espléndido disco pop; el conjunto de los 13 tracks lo convierten en un atractivo para los seguidores de Anoushka, que conocerán, si no lo habían hecho, el valor del trabajo de Norah, cuyos seguidores a su vez entrarán al templo metafísico del universo de la música clásica de India.

El track 12 conduce al escucha al éxtasis. He ahí las enseñanzas de Ravi Shankar a su hija desde que ella tenía nueve años. He ahí la trascendencia. He ahí la continuidad, la herencia, la tarea que nos queda a quienes sobrevivimos a quienes partieron y dejaron rastros tras de sí, sus rostros, sus trazos, sus claves, sus pistas, sus signos, sus señales, sus guiños. Su corazón que late ahora dentro del nuestro.

Hermoso, simplemente hermoso el disco de amor de las hermanas Shankar.

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