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Balance de la Jornada

América brilló y Chivas ilusiona

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Martín Bravo (derecha) hizo un doblete, pero Pumas alargó su racha sin ganar en Ciudad UniversitariaFoto Víctor Camacho
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ese a la escasez de goles, el torneo Clausura 2014 tuvo un alentador arranque, sobre todo para los seguidores de los equipos de mayor afición. América brilló y dejó contentos a sus aficionados, mientras Chivas, Cruz Azul y Pumas al menos sumaron un punto, aunque con distinto tono. Los rojiblancos dejaron buen sabor de boca, La Máquina en el limbo: ni bien ni mal, y los auriazules obtuvieron un amargo empate.

Las barras americanistas aclamaron al Turco Mohamed cuando se dirigió pausadamente al vestidor tras dar cuenta de los Tigres. El triunfo fue claro, inapelable; no obstante, la Comisión de Arbitraje debe prestar atención a las quejas de Ricardo Ferretti, porque, en efecto, el arbitraje en el estadio Azteca habitualmente es localista, favorece a un equipo que no necesita de mano negra.

Mohamed influyó para mostrar un juego más pausado, un tanto mañoso y desleal a la hora de neutralizar a los adversarios habilidosos y de peligro, como hicieron sus dirigidos sobre Alan Pulido y, principalmente, sobre Darío Burbano, quien no supo de dónde le llovían tantas patadas. Las dudas en el equipo se centran en el tema físico, el plantel ha tenido poco descanso y en algún momento lo puede resentir.

No se sabe qué fue primero, si los Pumas se fatigaron para el segundo tiempo o José Luis Trejo descobijó a su ataque con la salida de la Rata Bravo y del Hachita Ludueña, la realidad es que el Puebla se volcó al frente hasta lograr el empate que desencajó rostros en el estadio Olímpico de CU, donde hace mucho tiempo no se paladea el sabor del triunfo.

Trejo se ha mostrado demasiado pasivo, a su actitud le falta garra. Urge ver a aquel timonel de carácter que hace tiempo dio la nota al exhibir los métodos dictatoriales de la directiva Tuza, cuando reveló que Andrés Fassi y Jesús Martínez querían retenerlo con la promesa de hacerlo seleccionador nacional, como si de ellos dependiera todo. Se fue a Tigres y desde entonces no pasa nada con este estratega.

Las Chivas de José Luis Real volvieron a mostrar los bríos, velocidad y dinámica que fascinaron en su época anterior. Omar Bravo retornó al equipo de sus orígenes con ganas de hacerse notar y lo logró con una buena actuación e importante gol, pero quien parece haber dado el do de pecho es Carlos Fierro, un joven atacante todo terreno que ha encajado perfecto en el ataque.

Los votos entre los fanáticos del Rebaño son implorando que el dueño Jorge Vergara se mantenga ocupado en otros asuntos y no empiece a hacer movimientos inexplicables, como cuando despojó de la batuta a Real y el cuadro –que marchaba de maravilla– se desplomó.

Cruz Azul hace mucho que no gana nada de nada. Quizá por eso la directiva quiso hacer ruido y citó el viernes a la barra Sangre Azul en el aeropuerto para despedir al equipo rumbo a Monterrey. Vaya que hicieron alboroto, pero donde no hubo ruido ni goles fue en el estadio Tecnológico, porque Cementeros y Rayados fueron intrascendentes y empataron a cero.

La Máquina perdió la opción más clara de anotar en los botines de Joao Rojas. Marco Fabián no se vio mal en su presentación con la playera celeste, aunque no logró sobresalir. El que sigue decepcionando es el argentino Hugo Pavone: fue una sombra. En todo caso, el mérito del empate resultó para el portero Jesús Corona, quien busca la titularidad en el Tri del Piojo Herrera.

La presión ahoga al Atlas, que de manera inconcebible falló en la jugada más próxima al gol: un penal mal cobrado por Edson Rivera, y así desdeñó la suma de tres puntos que en su situación cercana al descenso significarían oro molido. El equipo rojinegro, de nuevo con el Jefe Tomás Boy en la banca, estuvo trabado, jamás mostró soltura ni con el apoyo de su afición, y se conformó con gris empate ante los Xolos.

Los que sí cumplieron fueron los Gallos Blancos. El cuadro dirigido por Ignacio Ambriz fue la sorpresa de la fecha uno al vencer a domicilio a los desvalijados Monarcas. El Querétaro se ha asentado bajo la batuta de Ignacio Ambriz y, sin ser un equipo espectacular, supo conseguir el resultado preciso, lo que demuestra que no fue casual su ingreso a la liguilla en el torneo pasado.

En contraste, la UANL se erigió como el equipo decepción. Se esperaba más de un plantel con figuras como Juninho, Danilinho, Pulido, Lobos y su refuerzo Burbano. Pero los felinos naufragaron en el estadio Azteca y están a años luz de corresponder a una de las mejores aficiones del país, que invariablemente hace gala de su poder económico trasladándose a cualquier plaza para acompañar al triste tigre.

El Atlante, que sigue en el sótano de la tabla de cocientes, tampoco pudo aprovechar su condición de local ni el poco descanso que tuvo el campeón León, en partido en el que falló dos penas máximas y desperdició infinidad de ocasiones de gol, la mayoría –y un penal– por culpa del desorientado Narciso Mina, quien no se ha repuesto de sus fallos en la final, cuando vestía la playera del América.