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Ejército y sunitas aliados buscan frenar avance de Al Qaeda

Combates en Irak dejan alrededor de 103 muertos
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Civiles iraquíes revisan un vehículo luego de un bombazo en la localidad de Balad Ruz, ubicada a 70 kilómetros de BagdadFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de enero de 2014, p. 14

Ramadi, 3 de enero.

El ejército iraquí y sunitas aliados de la provincia de Al Anbar combatieron hoy a miembros de la red Al Qaeda, en un intento por detener el avance de los comandos que en el último año aprovecharon la confusión generada por la guerra en la vecina Siria para expandir su presencia en Irak declarando la región occidental Estado islámico.

Según un reporte del Ministerio del Interior, el saldo de los enfrentamientos de este viernes fue de 71 milicianos de Al Qaeda y 32 civiles muertos.

Los combates desatados en Al Anbar son también resultado del conflicto político entre el primer ministro iraquí, el chiíta Nuri Maliki, y las comunidades sunitas, que se quejan de haber sido marginadas por la administración establecida en Irak con el consentimiento de Estados Unidos, que invadió este país en 2003 para derrocar al presidente Saddam Hussein.

Para expresar su disgusto por la marginación, los sunitas levantaron en Ramadi un campamento de protesta hace un año, que fue desmantelado el lunes por el ejército y la policía en una operación que causó la muerte a 10 personas. La indignación por el desalojo provocó también la renuncia de 44 legisladores sunitas, que son minoría en el país, pero mayoría en Al Anbar.

Los sunitas residentes en Ramadi y la vecina Faluya reaccionaron el primero de enero con furia por la destrucción del campamento.

En Faluya tomaron por asalto el cuartel local de la policía, liberaron a 101 reos y se llevaron el armamento de los uniformados. En Ramadi, los sunitas incendiaron cuatro comisarías.

El ejército lanzó el jueves una contraofensiva en las dos ciudades para tratar de recuperar el control de la zona y facilitar el retorno de los policías a las comisarías, pero se encontró primero con la resistencia de los sunitas locales, los cuales consideran que las fuerzas armadas sirven a la mayoritaria comunidad chiíta.

Al cierre de esta edición, milicianos de Al Qaeda mantenían parcialmente ocupadas las dos ciudades.