Cuernavaca, Mor., 2 de enero.

En el aeropuerto internacional de Cuernavaca, en el cual el pasado gobierno estatal, encabezado por el panista Marco Antonio Adame Castillo, invirtió unos mil 400 millones de pesos, no opera aerolínea alguna, no se realizan vuelos comerciales y carece de obras complementarias de seguridad.

Un año y cuatro meses después de su inauguración (septiembre de 2012), sus mostradores y pasillos están vacíos. Unicamente se observa a trabajadores o alumnos de las dos escuelas de aviación que ahí funcionan: México y Vitar; cuando mucho, sólo cinco locales están abiertos.

Los únicos ingresos de la terminal –que requiere 30 millones de pesos al año sólo para mantenimiento– son el pago por despegue y aterrizaje de vuelos privados o ejecutivos (mil 500 pesos), la renta de locales comerciales (2 mil pesos al mes), los cobros por el uso de hangares y por permitir la operación de las escuelas.

Pese a tener certificación de aeropuerto internacional –cuenta con oficinas de migración y aduanas–, no funciona como tal.

Para el secretario de Economía del estado, Julio Mitre Cendejas, el principal impedimento para echar a volar el aeropuerto internacional de Cuernavaca es su cercanía con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que tiene a diario miles de vuelos a todo el país y el extranjero.

En entrevista, señaló que en la presente administración se ha solicitado a varias empresas operar desde la terminal de Cuernavaca, pero ninguna ha aceptado.

Recordó que el ex gobernador Lauro Ortega (1982-1988) tuvo la idea de construirlo, pero no se planeó bien. Era un aeropuerto pequeñito con una pista de aterrizaje muy grande.

La pista, agregó, se ubicó en territorio de los municipios de Cuernavaca, Temixco y Xochitepec, donde ahora se encuentra el aeropuerto, aunque el edificio central (de 5 mil metros cuadrados) quedó asentado en Temixco. La idea era que fuera una terminal pequeña para vueltos cortos, apuntó.

Otro problema es que aunque en el gobierno de Adame Castillo se construyó una nueva torre de control, de 46 metros, todavía no opera debido a que el equipo no ha llegado, por lo que sigue funcionando la torre vieja, de unos 18 metros de altura.

Mitre Cendejas mencionó que el aeropuerto carece de franjas de seguridad a los lados de la pista, de 2 mil 78 metros de longitud, obras primordiales para que la terminal pueda operar vuelos comerciales nacionales e internacionales.

Afirmó que pese a que esas obras no se ejecutaron, antes de que terminara el gobierno de Adame la terminal comenzó a operar parcialmente y en septiembre de 2012 pagó tres millones de pesos a la compañía Volaris como incentivo para que realizara vuelos una vez a la semana a Tijuana, Baja California, durante seis meses, y un millón 800 mil pesos a Vivaaerobús, para que hiciera lo propio a Cancún, Quintana Roo.

Cuando venció el plazo de seis meses, en marzo de 2013, ya en el gobierno de Graco Ramírez, dichas empresas solicitaron renovar el contrato, pero la administración estatal argumentó que no era rentable pagarles para que realizaran vuelos una vez a la semana; además, el número de usuarios era muy bajo y no abonaba al desarrollo económico o turístico de Morelos.

El secretario de Economía anunció que para evitar que la gigantesca inversión de mil 400 millones de pesos se pierda, intentarán convencer al gobierno federal de que convierta el aeropuerto de Cuernavaca en una terminal alterna, en un apéndice del AICM, el cual está muy saturado. Esta medida, argumentó, permitiría contar con una terminal muy bonita, de buen tamaño, para vuelos regulares.

Agregó que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) –empresa que administra el aeropuerto y es socia del gobierno de Morelos con una participación de 49 por ciento– no ve otra solución para poner en funcionamiento la terminal, inaugurada dos meses antes de que terminara la administración de Adame.

El director general del aeropuerto internacional de Cuernavaca, Luis Marmolejo, informó que en su primer año de operaciones la terminal, que ocupa 110 hectáreas, requirió unos 30 millones para mantenimiento. Advirtió que de seguir esta situación los únicos ingresos del aeropuerto no alcanzarán ni para cubrir estos gastos.

Durante un recorrido por la terminal, el jefe de seguridad y servicios, Carlos Antúnez, recordó que cuando era regional o pequeño, el aeropuerto tuvo su auge con la empresa Aerolínea Internacionales.

Mencionó que esa época dorada abarcó de 1997 a 2002. En ese periodo, durante el cual gobernaron sucesivamente Jorge Carrillo Olea, Jorge Morales Barud y Sergio Estrada Cajigal, la terminal regional llegó a tener hasta 200 mil usuarios al año. Después de esa bella época, dijo, se fue para abajo.