Opinión
Ver día anteriorSábado 28 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
De nuestras Jornadas

Wirikuta: el asedio minero

E

l cerro de San Pedro ya sólo es una imagen dibujada en el escudo de armas de San Luis Potosí, en el que aparece de pie San Luis, rey de Francia. Ahora, el poblado que lleva su nombre, no es más que un inmenso cráter de casi un kilómetro de largo por unos 600 metros de ancho.

A pesar de haber sido considerado patrimonio cultural del estado, y contar con un decreto estatal de reserva ecológica, pudieron más las influencias de la canadiense Minera San Xavier que la defensa patrimonial de agrupaciones civiles, que vieron cómo las autoridades ignoraron resoluciones judiciales para abrir paso a la depredación.

La imagen del cráter ya está en Google Maps, donde se puede apreciar su inmensidad. Caminar el borde del agujero de un extremo al otro lleva 15 minutos, mientras hacer lo mismo en el pueblo requiere apenas 10. Tal parece ser la descripción del tamaño del daño provocado.

El caso cobra relevancia ahora que de nuevo en territorio potosino se libra una batalla por la preservación de un patrimonio cultural como el de los sitios sagrados de Wirikuta, en la zona de Real de Catorce, amenazados también por una empresa minera canadiense.

La Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco manifestó preocupación por la amenaza que representa la minería para Wirikuta y exhortó al gobierno mexicano a integrar correctamente el expediente para registrar la zona como parte de la lista del patrimonio cultural inmaterial que requiere salvaguarda urgente.

Como en el Cerro de San Pedro, la amenaza depredadora del patrimonio cultural está presente y su defensa depende, otra vez, de la forma en que reaccionen las autoridades, en una redición de la historia que mutiló el escudo de armas de San Luis Potosí.

En este nuevo duelo entre la defensa del patrimonio cultural y las influencias de las empresas mineras ¿vencerá la preservación o en unos años leeremos: “...hubo una vez un centro ceremonial en Wirikuta…”?