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El cohete Chang’e 3 se posó exitosamente en el satélite el pasado fin de semana

Con robot en la Luna, China inicia una nueva etapa de programa espacial

La nave transportó al robot Conejo de Jade, cuya misión es explorar la estructura del suelo de ese cuerpo celeste y recolectar muestras para traerlas a la Tierra

Llevar a un astronauta, la meta

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Panel de control de Chang’e 3, en el Centro Aeroespacial de PekínFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de diciembre de 2013, p. 2

Pekín, 16 de diciembre.

China espera lanzar su próxima sonda lunar no tripulada en 2017, con el propósito de recoger y traer de vuelta muestras del satélite natural de la Tierra, dijeron autoridades el lunes, después de que la primera prueba que lanzó el gigante asiático aterrizó exitosamente en la Luna este fin de semana.

Los líderes de China han puesto como prioridad avanzar en su programa espacial, y el presidente Xi Jinping ha pedido que el país se posicione como una potencia espacial.

La sonda Chang’e 3, nombrada como una diosa de la mitología china, se posó el sábado en la superficie de la Luna con un robot llamado Conejo de Jade.

El desarrollo de la sonda Chang’e 5, encargada de recoger muestras en la Luna, está muy avanzado y se espera que su lanzamiento sea alrededor de 2017, dijo un portavoz de la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional.

“Después del éxito de la misión del Chang’e 3, el programa de exploración lunar entrará en la tercera fase, cuyo principal objetivo es lograr la recolección automática de muestras y traerlas de vuelta (a la Tierra)”, dijo el portavoz Wu Zhijian en conferencia de prensa.

China tiene pendiente anunciar sus ambiciones sobre la Luna más allá de la recolección de muestras, dijo Wu, al ser consultado sobre si el gobierno planea mandar astronautas. Insistió en los fines pacíficos de la misión.

El programa de exploración lunar de nuestro país es tecnológico, para usos pacíficos del espacio exterior, además de ser abierto, dijo Wu, citando la cooperación con sus pares rusos y europeos y con entidades internacionales.

El Departamento de Defensa estadunidense destacó las crecientes posibilidades espaciales de China; sin embargo, dijo que se pretende evitar que sus adversarios puedan beneficiarse de ventajas espaciales en caso de una crisis.

A pesar de ciertos avances considerables, el programa espacial de China está aún por detrás del estadunidense y del ruso.

Zhou Jianliang, ingeniero jefe del Centro de Control Aeroespacial de Pekín, dijo que el país no tenía vigiladas las 24 horas las sondas que operan lejos de la órbita de la Tierra, ya que sus dos estaciones de vigilancia del espacio profundo están en China.

Es imperativo construir una estación de vigilancia del espacio profundo para compensar las mediciones ciegas y poder realizar seguimientos durante todo el día, dijo Zhou sin dar más detalles.

En la misión tripulada en junio, tres astronautas pasaron 15 días en órbita y atracaron con un laboratorio espacial experimental, parte de la iniciativa de Pekín para construir una estación espacial de trabajo para 2020.

La primera sonda lunar china se separó de la nave matriz el domingo por la mañana, tocó la superficie del satélite y recorrió su suelo dejando huellas profundas, reportó la prensa estatal, varias horas después de que el país realizó exitosamente el primer alunizaje en casi cuatro décadas.

Superficie plana

Conejo de Jade, de 140 kilogramos, se separó de la nave matriz Chang’e 3 unas siete horas después de que ésta alunizó en una superficie plana de la Luna de cara a la Tierra.

La estatal Televisión Central de China mostró imágenes tomadas por la cámara de la nave matriz en las que se ve el explorador lunar y su sombra bajando por una rampa y tocando el suelo, lo que desató los aplausos en centro de control en Pekín.

Más tarde, el explorador va a examinar la superficie lunar y su estructura geológica en busca de recursos naturales en los próximos meses, mientras la Chang’e 3 realizará estudios en el sitio de alunizaje durante un año.

La misión marca el inicio de una nueva etapa en el ambicioso programa espacial de China, que tiene la meta de colocar un astronauta en la Luna. Es el tercero en realizar un alunizaje suave –sin dañar la nave ni el equipo que transporta– es una fuente de orgullo para el país. Estados Unidos y la Unión Soviética fueron los dos primeros países en realizar ese tipo de misiones y la más reciente fue una soviética hace casi cuatro décadas: en 1976.

Es aún un reto tecnológico significativo aterrizar en otro mundo, dijo Peter Bond, editor asesor de Jane’s Space Systems and Industry.

Especialmente en un lugar como la Luna, que no tiene atmósfera y por ello no puedes usar paracaídas ni nada similar. Tienes que usar cohetes retropropulsores al ángulo y la tasa de descenso apropiados y no terminar en un cráter o encima de una roca grande, agregó.

La misión partió del suroeste de China el 2 de diciembre a bordo del cohete portador Gran Marcha-3B.