La disposición contenida en el dictamen de reforma energética de que el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) saldrá del consejo de administración de Pemex anuncia la inminente caída del dirigente del gremio, Carlos Romero Deschamps, quien ya le sirvió al gobierno para pulverizar las conquistas que por décadas lograron los trabajadores, y ahora quieren jubilarlo.

Señaló lo anterior la Gran Alianza Petrolera, que aglutina varias grupos de disidentes del STPRM; advirtió que ahora Romero Deschamps tendrá que cuidarse las espaldas.

Sin embargo, dijo, el gobierno le quiere darle una salida digna, cuando lo que debería hacer es investigar el evidente enriquecimiento ilícito cometido no sólo por el dirigente, sino por toda su camarilla y varios miembros de su familia.

En tanto, el gremio declinó pronunciarse respecto a su salida del consejo de Pemex; señaló que el posicionamiento lo marcó su dirigente al votar en favor de la reforma. No obstante, afirmó que en breve dará una conferencia de prensa para que se aclaren las dudas al respecto.

Cabe referir que al conocer que su propio partido, el PRI, y el PAN habían acordado incluir en la propuesta de reforma un punto para cambiar la integración del consejo de administración de la paraestatal y la salida de la representación sindical, Romero Deschamps inesperadamente salió del pleno. Según versiones, lo mandaron llamar cuando se iba a votar, y tuvo que regresar; por supuesto votó en favor.

Los disidentes indicaron que el fondo de esta disposición es quitar poder a Romero Deschamps; hacerlo a un lado y preparar el terreno para pulverizar el contrato colectivo e iniciar el esquema de recorte masivo de personal en varias áreas. Afirmaron que el gobierno, no los trabajadores, ha mantenido al dirigente en el cargo, ya que, a pesar de que pesan sobre él diversas acusaciones penales, ninguna ha procedido.

El sindicato continúa con su política de puertas cerradas; ningún integrante del comité ejecutivo quiso hablar sobre esta nueva disposición que los dejará fuera de las decisiones fundamentales de la nueva política que se aplicará en Pemex a partir de la reforma.