Cultura
Ver día anteriorDomingo 8 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Fernando del Paso, Ricardo Piglia, Juan Villoro y Pablo Raphael participaron en foro

Convocan a identificar los próximos desafíos del FCE en su 80 aniversario

Destacan la importancia de la editorial en impulsar a noveles autores que luego despuntaron

Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 8 de diciembre de 2013, p. 7

Guadalajara, Jal., 7 de diciembre.

El Fondo de Cultura Económica (FCE) comenzó este sábado los festejos por su 80 aniversario con una mesa de reflexión acerca de lo que debe ser el sello en los próximos años, en la que participaron los escritores Fernando del Paso, Ricardo Piglia, Juan Villoro y Pablo Raphael.

Durante el encuentro, el director de la editorial, José Carreño Carlón, lanzó la convocatoria para que todos los integrantes de la cadena del libro, académicos y lectores participen en las discusiones enviando sus propuestas a la página www.fondodeculturaeconomica.com/ participa, para identificar los desafíos que debe enfrentar la institución.

A partir de las propuestas, que se recibirán desde este sábado hasta el 31 de julio, se realizará en septiembre un encuentro del mundo iberoamericano del libro, presencial y digital.

En su propuesta, realizada en un video, Fernando del Paso (quien estuvo presente en el salón) señaló que durante su vida de escritor profesional “he tenido también el privilegio de disfrutar lo que hoy pedimos y exigimos de los próximos 50, cien, 200 años del Fondo de Cultura Económica: que continúe siendo líder editorial de México y América Latina, que no deje a un lado su beligerancia, que entre sus principales e irrenunciables metas se encuentre siempre la libertad de pensamiento y expresión, que continúe con la hechura de su magnífica Gaceta, que siga con la publicación de los libros clásicos de economía, ciencias sociales, antropología e historia, que en las respectivas escuelas se han transformado en libros de texto, y que no olvide a la literatura en lengua española, a cuya grandeza tanto han colaborado México y los demás países latinoamericanos.

También, que no abandone la publicación de libros para niños y jóvenes, ni las coediciones con El Colegio de México, sobre la historia de las Américas, o la publicación de nuevos códices prehispánicos si éstos salen a la luz. También creo que el Fondo de Cultura Económica debería iniciar una serie de libros y estudios sobre el Medio Oriente.

Ricardo Piglia envió un video en el que puso sobre la mesa el tema de las traducciones, hechas a veces con un criterio muy localizado, que ya no responde al castellano de Madrid, sino de Lavapiés.

Habló también de la balcanización. Recuerdo el modo en que circulaban los libros del FCE en Buenos Aires. El modo en que, a diferencia de lo que está sucediendo hoy, que nos encontramos en una realidad en la que parece existir una suerte de balcanización, porque los espacios de lectura y las circulaciones de los libros se han aislado y es difícil que libros de México lleguen a Buenos Aires, o libros de Colombia lleguen a Chile.

Antes era posible estar al tanto de lo que pasaba en la literatura latinoamericana. Hoy tenemos que discutir esta cuestión de por qué, por esos procesos de concentración y por estos procesos que son siempre muy misteriosos para nosotros los escritores, viajamos más nosotros que los libros, es difícil lograr que los libros circulen.

Es necesario que autores de España y América Latina se reúnan para ver la forma en que los libros sean distribuidos. “Estamos pensando no en los grandes best-sellers que circulan por sí mismos, ni estamos pensando en el futuro de los libros en Internet o de los libros digitales, porque esa es una lógica que se mantiene sola. Nosotros nos tenemos que ayudar a hacer posible la tierra por donde viajan los libros, luego el propio proceso técnico se encargará de que otros formatos funcionen”.

Juan Villoro llamó la atención acerca de la existencia de libros hechos por quienes no son escritores: ex actrices, ex sacerdotes, etcétera. ¿Es eso literatura?, no lo creo. Hay una manera de resistir en la página.

El Fondo de Cultura, dijo, ha sido la reserva contra ese tipo de escritura, y es un espacio de resistencia y vinculación.

La historia del FCE es de valentía, dijo Ricardo Raphael; es decir, de la oportunidad que la editorial otorgó a muchos autores noveles que luego se convirtieron en Juan Rulfo o Carlos Fuentes; se trata de un gesto que bien valdría la pena retomar con el mismo espíritu y las mismas agallas con las que el FCE apostó por la generación del medio siglo.

Otra tarea pendiente es que si bien en los países latinoamericanos se ha reducido el analfabetismo, España sigue actuando como metrópoli en el circuito de circulación intelectual y literaria, destacó.