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El gobierno alemán identifica al dueño de 13 cuadros del hallazgo de Munich

Apelan a la presión internacional para recuperar obras expoliadas

Durante el nazismo, Fritz Salo Glaser debió deshacerse de su valiosa colección y vendió pinturas de puerta en puerta

Holanda permitirá que se analicen los objetos artísticos de la Casa Real de Orange

Foto
Fritz Salo Glaser y su familia, 1921, retrato hecho por Otto Dix, perteneciente a una galería de Nueva York
 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de noviembre de 2013, p. 3

Con la ayuda de la presión internacional, como ha ocurrido en casos anteriores, lograremos recuperar las pinturas expoliadas por los nazis, declaró a la prensa alemana Sabine Rudolph, abogada de los descendientes de Fritz Salo Glaser, uno de los más destacados coleccionistas de arte de la ciudad de Dresde en aquellos años turbulentos, quien vivió el infierno de perder su acervo.

Hasta el momento, el gobierno alemán ha señalado a Glaser como el propietario original de 13 de las 25 imágenes que dio a conocer en la base de datos de Internet www.lostart.de, donde difundirá en breve el total de obras halladas (casi mil 500) en el departamento en Munich del octogenario Cornelius Gurlitt.

Fritz Salo Glaser fue un prominente abogado judío que simpatizaba abiertamente con la ideología comunista, amante del arte de su tiempo, el cual adquirió con entusiasmo, y mecenas de pintores como su gran amigo Otto Dix.

Durante el régimen nazi tuvo que deshacerse de su colección, llegando a vender de puerta en puerta obras de Paul Klee, Vasili Kandinsky y Oskar Kokoshka.

Optimismo

Aunque según la ley alemana, Gurlitt podría ser declarado propietario legal del vasto y rico acervo valuado en más de mil millones de euros, que hoy se encuentran en un lugar secreto, los representantes legales de quienes ya reclaman las pinturas son optimistas: La presión de fuera ha conducido al éxito. Las piezas se están dando a conocer y la investigación acerca de su procedencia ganará el paso, dijo Rudolph al portal de noticias financieras Bloomberg.

Añadió que aunque el gobierno alemán intenta hacer complicadas las cosas, éstas han ido demasiado lejos como para abandonar ahora a los herederos que demandan una respuesta.

Este jueves, fuentes oficiales confirmaron que la semana entrante se difundirán en Internet casi 600 obras de arte del histórico hallazgo: Se determinará la procedencia de las obras tan rápido y transparentemente como sea posible, dijo a Dpa la directora del equipo gubernamental que da seguimiento al caso, Ingeborg Berggreen-Merkel.

Según reporta el portal Bloomberg, la noticia entusiasmó a la familia Glaser, quien durante mucho tiempo se preguntó si el infierno que vivió el mecenas había aniquilado su preciada colección, la cual se vio forzado a vender durante la era nazi.

Ahora tienen la prueba de que al menos algunos cuadros sobrevivieron en el escondrijo de Gurlitt, es muy emocionante, añadió Sabine Rudolph, representante legal de la nuera, ya anciana, de Glaser, quien está empeñada en recuperar las obras.

Pensamos que puede haber mucho de Glaser entre el acervo que no se ha difundido. Esto parece indicarnos la cantidad de trabajos que están en la base de datos.

Fritz Salo Glaser fue uno de los últimos judíos deportados de Dresde el 16 de febrero de 1945. Tres días antes, las bombas de los aliados redujeron la ciudad a escombros y lo salvaron de ir al campo de concentración.

Su colección estaba formada por 90 por ciento de obras sobre el papel y aproximadamente 40 pinturas. Cuando los nazis llegaron al poder, el amado arte de Glaser fue despreciado por degenerado. Le fue prohibido ejercer como abogado en 1933 y comenzó a vender de puerta en puerta las obras para apoyar a su familia en una precaria situación financiera. En 1938 le prohibieron también vender.

Después de la guerra, Glaser tuvo que seguir trabajando para alimentar su familia. Volvió a ejercer como abogado y murió aproximadamente a los 80 años de edad.

Su familia vendió el poco arte que él había salvado del fuego para pagar su manutención. Gracias a aquellas ventas, una parte de la colección Glaser está en algunos de los museos más prestigiosos del mundo. Por ejemplo, un retrato de 1921 de Glaser realizado por Otto Dix que ahora cuelga en el Neue Galerie de Nueva York.

Este pintor fue uno de los grandes amigos del coleccionista. Siempre he sabido que tu arte tiene el valor de lo eterno, escribió Glaser en una carta en 1924 a Otto Dix (1891-1969), a quien compró muchos cuadros.

El trabajo pictórico de Dix abarcó gran diversidad de estilos, aunque el gran público conoce, principalmente, sus pinturas sobre la guerra. Tras la llegada al poder de los nacionalsocialistas en 1933, fue uno de los primeros catedráticos de arte en ser destituidos por el régimen. A partir de 1937, los nazis lo tildaron de artista degenerado y difamaron su obra tachándola de sabotaje al espíritu militar de las fuerzas armadas.

Le fueron requisadas 260 obras que se hallaban expuestas por Alemania. Algunas fueron vendidas y otras quemadas. En 1938, la Gestapo lo detuvo, acusándolo de participar en el atentado contra Hitler en Munich y por ello lo encarcelaron dos semanas. Sin embargo, Dix recibió el encargo más importante en su carrera artística: realizar un retrato de San Cristóbal mártir, a petición de un importante fabricante de cerveza. En 1945, no obstante, es llevado de nuevo al frente y, finalmente, hecho prisionero por los franceses. Tras ser puesto en libertad en 1946, Otto Dix regresó, por fin, a su casa de Hemmenhofen.

El revuelo mundial por el hallazgo del arte arrebatado por los nazis a los judíos, se extiende a Holanda; ahí se anunció ayer que permitirá a expertos estudiar por primera vez la procedencia de los objetos artísticos de la Casa Real de Orange, desde 1933, pues podría contener piezas obtenidas bajo presión, señaló la prensa europea. En octubre, la Asociación Nacional de Museos holandesa publicó un inventario de 139 obras robadas para que las familias expoliadas hasta 1945 puedan recuperarlas. Figuran cuadros de Kandinsky y Matisse.