Washington, 20 de octubre.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está descontento por los problemas surgidos este mes con la aplicación inicial del programa de servicios médicos subsidiados, conocido como Obamacare, reconoció hoy el secretario del Tesoro, Jack Lew.

La aplicación de la Ley de Protección al Paciente y de Salud Asequible es uno de los grandes proyectos de la administración de Obama –fue una de las causas del apoyo popular en su primera campaña electoral en 2008–, pero ha estado continuamente bajo fuego republicano y fue la razón por la que la mayoría opositora en la Cámara de Representantes paralizó parcialmente el gobierno del primero al 16 de octubre, al tratar de restarle fondos al programa.

El reconocimiento de los hechos por Lew es sólo el principio de una nueva batalla política que librará Obama a partir de este lunes, cuando el mandatario hable públicamente sobre los problemas que ha provocado el retraso en la inscripción de ciudadanos en el servicio médico subsidiado por la administración federal.

La semana pasada Obama convocó a varios de sus principales asesores para analizar la entrada en vigor de la legislación, la cual ha estado plagada de problemas.

En enero, la prueba de fuego: secretario del Tesoro

El más visible se encuentra en las dificultades de acceso al sitio de Internet Healthcare.gov, en el que los ciudadanos deben registrar su solicitud al servicio médico impulsado por Obama en su primer mandato (enero 2008-enero 2012), pese a la renuencia de los republicanos y particularmente de su ala más conservadora, los militantes del Tea Party.

Según las cifras oficiales del Departamento de Salud, más de 476 mil solicitudes para seguros de gastos médicos han sido presentadas en el portal de Internet. Sin embargo, la meta de siete millones en seis meses, de octubre a marzo, está aún muy lejana.

Funcionarios vinculados con el programa informaron que especialistas en tecnología de dentro y fuera de la administración han trabajado en días recientes para superar los problemas de acceso al sitio de Internet, al tiempo que el personal ocupado en estas labores aumentó 50 por ciento.

En un principio, el gobierno atribuyó los problemas de registro de solicitudes a la saturación de la red electrónica, con 14 millones 600 mil visitas, pero hasta ahora la Casa Blanca no ha dado una explicación sobre la totalidad de la problemática.

Poco más de la mitad de las 476 mil solicitudes proceden de 36 estados en los que el gobierno federal encabeza la operación del mercado de seguros de salud, mientras el resto de las peticiones provienen de 14 estados –incluido el Distrito de Columbia–, donde domina la autoridad estatal.

Creo que no hay nadie más frustrado que el presidente por las dificultades del sitio en la red, afirmó Lew.

Este lunes, la Casa Blanca será sede de un acto al que acudirán consumidores, dueños de pequeños negocios y farmacólogos que se han visto afectados por la Ley de Protección al Paciente y de Salud Asequible. Ante ellos, Obama reconocerá que los problemas en el registro son inaceptables, pero hay formas de solución inmediata.

Según Lew, en entrevista difundida este domingo por la televisora NBC, la prueba de fuego para la aplicación del Obamacare ocurrirá en enero, cuando la cobertura médica se haga efectiva para las personas que alcancen a inscribirse entre octubre y el 15 de diciembre.

Los republicanos han aprovechado las fallas en el sistema de registro de solicitudes para burlarse de la ineficacia gubernamental en áreas que, según ellos, corresponden exclusivamente al sector privado, sin subsidios oficiales que eleven el gasto público.

Sin dar tregua, algunos legisladores del partido opositor han exigido en los últimos días la renuncia de la secretaria de Salud, Kathleen Sibelius.

Lew aprovechó la entrevista de este domingo para hacer un breve repaso de las consecuencias de la paralización parcial de la administración y el presupuesto federales, cuyas pérdidas fueron calculadas en 24 mil millones de dólares por la calificadora de riesgos financieros Standard & Poor’s.

Nuestra economía se desvivía por producir buenas tasas de crecimiento para crear empleos para los estadunidenses, pero tomamos el mal camino. Es un poco amedrentador porque se estuvo muy cerca del precipicio. Debemos asegurarnos de que el gobierno no esté más sobre la cuerda floja, advirtió.

Subrayó que una crisis presupuestaria no puede volver a ocurrir, ya que esto fue un poco alarmante y estuvo cerca del abismo.