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El inquisidor es la primera novela de sacrothriller del escritor argentino

Patricio Sturlese refrenda la vigencia de la rebelión cultural

En el Renacimiento los artistas impugnaron el pasado en el que sólo se hacían vitrales, indica

Más allá de las diferencias, el entretenimiento, el misterio, las ganas de descubrir cosas es igual en todo el planeta, asegura

Presenta su libro en el Distrito Federal y Monterrey

 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de octubre de 2013, p. 2

La crisis económica que afectó Argentina en 2001 convirtió a un jardinero en uno de los escritores más vendidos. La primera novela de Patricio Sturlese se titula El inquisidor, se publicó en 2007 y vendió 250 mil ejemplares. Le siguieron La sexta vía y El umbral del bosque.

Las dos primeras dentro del género sacrothriller (así lo bautizó el autor), y la tercera en un género que engloba al primero: el gótico. Un latinoamericano que escribe novela histórica, género que en este lado del océano no es tan socorrido como en Europa.

El Renacimiento como la época en la que se ambientan sus obras. “Creo que el Renacimiento mostró en su tiempo algo que es vigente en cualquier época: la rebelión cultural hacia un oscurantismo establecido.

“Y aquí no quiero tirarle mala onda al medioevo, en el que se hicieron cosas muy buenas, sobresalientes, las catedrales por ejemplo, pero el Renacimiento mostró en una porción pequeña de historia niveles sobrehumanos en el arte.

“Los artistas se rebelaron en un momento en el que lo que se hacía eran vitrales. El Renacimiento en ese sentido es una rebelión contra el sistema impuesto pero no rebelándote con las armas, sino tirando productos que seducen y llaman la atención de una manera irresistible al público. Es como decir hagamos huelga, pero trabajando el doble para que todos digan ‘¡wow qué está pasando acá!’. Es una rebelión distinta, ingeniosa”.

En este siglo me parece que tenemos que rebelarnos inteligentemente, visiblemente y con ejemplo, señala el escritor en entrevista.

Patricio Sturlese optó por la novela histórica por su riqueza. “En ella un escritor puede meter la ficción y en medio de esta ficción tocar temas históricos, para que las historias además de ser leídas, den entretenimiento, y que éste pueda llegar también a informar a los lectores de cosas que a través de la historia clásica no accederían.

En mi caso me gustó mucho el Renacimiento, simplemente porque el hombre en ese periodo histórico se revolucionó, se reinventó, renació y acompañó todo ese proceso un fuerte acceso en el arte, en la literatura, la escultura, la pintura, los grandes maestros del Renacimiento son los emblemáticos: Boticelli, Leonardo da Vinci, por ejemplo.

El Renacimiento, añade, es el lugar para que cualquiera pueda tomarse unas vacaciones desde la novela, sin importar que el lector fuera ruso, polaco, mexicano o uruguayo.

Creo que más allá de las diferencias culturales, el entretenimiento, el misterio las ganas de descubrir cosas, es igual en todo el planeta. Escribí este tipo de historias que no sabía que iban a llegar hasta este punto, pero se propagaron por 30 países, y en algunos la polémica y prohibición no se hizo esperar.

En Ecuador y El Salvador, El inquisidor fue sacado de las librerías al considerar que era anticlerical, pero ese asunto se resolvió muy pronto.

Anticlerical mucho antes de la novela El código Da Vinci, de Dan Brown. El inquisidor fue escrita en 2001, aunque se publicó hasta 2007, y ahora en México llega con la editorial Suma de Letras. El inquisidor y La sexta vía forman parte del género sacrothriller, “palabra que inventé, porque me pareció en su momento que se bautizaban géneros, como tecnothriller para los libros de Tom Clancy.

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El sacrothriller se engloba en algo mucho más grande que es el gótico, dice Patricio Sturlese a La JornadaFoto José Antonio López

“Como estaba con una novela que partía de las intrigas palaciegas, intrigas vaticanas, dije es un sacrothriller; eso lo escuchó un editor, lo copió y se propagó, llegó a Wikipedia y se estandarizó, pero sacrothriller no es que venga como una palabrita sola, es un género que ya existía desde hace muchísimo tiempo, no vino con El código Da Vinci.

“Están por ejemplo El nombre de la rosa en 1980, o a Morris West, autor australiano que escribió Las sandalias del pescador, en el que vaticinaba en una de sus novelas que los papas iban a dejar de ser italianos, para ser de otras nacionalidades”.

El sacrothriller “se engloba en algo mucho más grande que es el gótico. Son novelas donde hay muchísimos personajes que interactúan, donde siempre está presente el paso del tiempo, la nostalgia por el paso del tiempo, la muerte, y esto que es siempre el amor en todo eso.

El amor pasemos a nombrarlo de una forma muy general, amor sano, insano, no importa, amor metido en todo este caldo de cultivo.

–¿Se ajusta la historia a la ficción o viceversa?

–Comienzo con una idea que creo que puede llegar a ser entretenida, pero siempre está sobre rieles históricos. No me gusta mucho falsear la historia, todo lo que sea el marco, el telón de fondo de esta obra o de todas es real. El Papa reinante era el que era, estaba la curia eran todos los de la curia, que puedes ir a los archivos y vas a encontrar a todos los cardenales.

“En El umbral del bosque vas a ir a las tierras nórdicas y ver que la división política que existía era ésa. Noruega no existía, estaba tomada por Dinamarca, todo eso es historia pura. La novela es lo divertido, trato de tomar los personajes principales que son ficción, los secundarios que no sean ficción, y no suelo mover demasiado porque no quiero poner cosas a tipos reales que no hicieron, lo divertido pasa por el campo de la ficción y lo otro es historia pura”.

Hoy los libros de Patricio Sturlese son bestsellers, pero en realidad nunca quiso ser escritor. “Yo decía ‘quiero ser jardinero’, pero la crisis de 2001 pegó mucho. Agarré el libro, que lo tenía anillado, lo llevé a una editorial, dos, tres, escribí a un montón de editoriales y me dijeron: ‘es un libro muy largo, es histórico. Bueno, pero vos quién sos. Tráeme tu currículum’. Dije: ‘soy Patricio y soy jardinero’... Chau, patada, volé de la editorial por la ventana, a lo mejor si fuera periodista no habría sido así. Hasta que en España un editor dijo esto lo hacemos, va a ser un bestseller”.

El inquisidor fue presentado la noche del jueves en la librería Gandhi, de Miguel Ángel de Quevedo, y hoy será comentado a las 16:30 horas en la sala D, de la Feria del Libro de Monterrey.