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Comienza traslado de 7,500 habitantes de Atoyac en previsión de aludes; abren albergues

Reubicarán a 1,500 familias y 7 comunidades de Chilpancingo

Se encuentran en zonas de riesgo y federales

Niega alcalde peligro por presa Cerrito Rico

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Habitantes del poblado El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, fueron desalojados ante el posible desgajamiento del cerro El Mirador por las constantes lluviasFoto Pedro Pardo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de octubre de 2013, p. 36

Chilpancingo, Gro., 15 de octubre.

Siete comunidades de Chilpancingo y mil 500 familias de la cabecera municipal tendrán que ser reubicadas debido a los daños que sufrieron sus viviendas e infraestructura por la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, anunció el alcalde Mario Moreno.

El político priísta señaló que en la ciudad se contabilizaron mil 500 casas con daño parcial o total y existe la posibilidad de reubicar las comunidades Carrizal de Pinzón, Tejocote, Chicahuales, Agua Hernández, Rincón de Caparrosa, San Vicente y Azinyahualco.

Moreno Arcos dijo desconocer el monto de los daños; tampoco sabemos dónde reubicar los pueblos que están en zonas de riesgo.

La mayoría de las mil 500 familias de la capital afectadas viven en las márgenes del río Huacapa, áreas de riesgo, pero también en zonas federales, agregó.

Protección Civil municipal considera zonas peligrosas las colonias Calaveras, Nuevo Horizonte, Jalahuatzingo, Pesuapa, Amelitos, Plan de Ayala y Primero de Mayo, donde algunas de las 54 barrancas de Chilpancingo, en cuyas laderas hay construcciones, desfogan el agua que baja de la sierra.

Después de las lluvias, el Centro Nacional de Prevención de Desastres declaró zonas de riesgo los fraccionamientos y colonias Villas El Parador, Villas Vicente Guerrero, Villas Magisteriales, Río Azul, Rosario Ibarra y Emperador Cuauhtémoc. La mayoría están en laderas.

Habitantes de las colonias que rodean del río Huacapa, principalmente Chimalpopoca y Galeana, denunciaron que las autoridades no les avisaron que abrirían la presa que presuntamente administra la Comisión Nacional del Agua (Conagua). El agua destruyó numerosas viviendas.

El alcalde reconoció que ni la Conagua ni la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach) quieren encargarse de la operación y administración de la presa Cerrito Rico, ubicada en el norte de la capital. El embalse prácticamente es tierra de nadie, dijo.

Negó que haya colonias en peligro porque la presa se encuentra casi llena o que la cortina presente alguna fractura. Riesgo grave no hay, aseguró.

El Paraíso debe ser evacuado, reiteran las autoridades

Reticencia de algunos pobladores

Héctor Briseño Corresponsal

Atoyac de Álvarez, Gro., 15 de octubre.

Los casi 7 mil 500 habitantes de la comunidad El Paraíso, en la zona serrana de Atoyac de Álvarez, comenzaron a ser desalojados este martes, ante la amenaza de deslaves en los cerros de las colonias El Mirador, La Guadalupana, Vista Hermosa y El Porvenir, según previó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Al menos 300 personas abandonaron el poblado este martes después de ser notificadas por el gobierno municipal y el Cenapred. Grupos de entre 10 y 15 personas abandonaron sus casas a bordo de camiones y camionetas con sus pertenencias en cajas, costales y bolsas de plástico.

Ciento siete residentes de la colonia El Porvenir, que pernoctaban en un albergue del Instituto Mexicano del Café, recibieron a las 14 horas la última advertencia del director de protección civil de Atoyac, Irving Hernández, quien avisó que a las 19 horas saldrían dos camiones de volteo y camionetas del ayuntamiento rumbo a la comunidad San Vicente, donde se adaptó una bodega para dar asilo a 400 personas.

Explicó que en Atoyac se abrieron refugios para 3 mil personas, y en una primera etapa las colonias asentadas en laderas debían ser desocupadas, aunque todo El Paraíso tiene que ser evacuado.

Ante la renuencia de madres, abuelas y padres de familia, el funcionario dijo a una damnificada: Están en peligro, jefa. La situación no está para esperar. La comunidad va a quedar sepultada. La cosa está en verdad difícil.

La escuela, las casas, el trabajo, la parcela, la seguridad, los hijos, la comida, el programa Oportunidades, los amigos, los recuerdos, los años, el tiempo, hicieron dudar a los pobladores de El Porvenir, quienes finalmente aceptaron bajar a San Vicente.

Puras tristezas aquí. Se están desgajando los cerros, comentó José Román Loeza, cuya familia vivió en El Paraíso durante más de 40 años. Sí nos duele, sentimos feo, pero quienes no se van no se quieren, ni a sus hijos, dijo Madaí Cordero Hernández, quien llevaba en brazos a su hija Jade Jexalén, de un año de edad, a quien todavía le alcanzamos a hacer piñata el 8 de septiembre.