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Con sir Simon Rattle en el podio de la orquesta, celebran su imponente arquitectura

La sede de la Filarmónica de Berlín cumple 50 años de ser un templo de la música
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Entrada principal del edificio Philarmonie, sede de la Filarmónica de Berlín, que abrió sus puertas el 15 de octubre de 1963Foto Pablo Espinosa
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El interior del recinto durante un conciertoFoto Pablo Espinosa
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de octubre de 2013, p. 6

Berlín, 14 de octubre.

Es uno de los edificios más célebres e imponentes de Alemania y una obra maestra de la arquitectura moderna: la Filarmónica de Berlín cumple mañana medio siglo de vida convertida en uno de los grandes templos de la música clásica mundial.

El diseño del arquitecto Hans Scharoun (1892-1972) sedujo ya desde los planos al mítico Herbert von Karajan. El entonces director de la Orquesta Filarmónica de Berlín consideró que la nueva sala honraría al completo el sonido vibrante y la respiración previa y posterior a cada frase musical que caracterizaban a su orquesta.

El 15 de octubre de 1963, la nueva Philharmonie abría sus puertas con un concierto dirigido por Von Karajan. Este domingo celebrará su medio siglo de vida con otro concierto aniversario a cargo de sir Simon Rattle, nuevo director artístico de la orquesta.

Construcción democrática

Famoso por su rompedor diseño exterior, que lo asemeja a una gran carpa de circo, el edificio de la Filarmónica rompió también en su interior con una antigua tradición: el escenario no está de frente al público, sino rodeado de espectadores por completo. Ninguno de los 2 mil 400 que caben en la sala está a más de 33 metros del director.

Cuando uno se pone de pie en el centro tiene la sensación de poder tocar a los músicos y a parte del público, describió Rattle.

Era la idea de Scharoun. En su proyecto, el arquitecto explicó que la reacción normal de la gente cuando alguien toca música es rodear al intérprete en círculo para escucharlo mejor. Su idea fue copiada luego en el mundo.

La particular distribución de la Philharmonie tenía otra razón.

Como construcción democrática en círculo se oponía radicalmente al delirio monumentalista de Germania, la ciudad ideada por el dictador nazi Adolf Hitler y su arquitecto, Albert Speer.

El antiguo edificio de la Philharmonie ubicado cerca de la Potsdamer Platz quedó destruido en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando acabó el conflicto, la orquesta se asentó primero en un cine y luego en la Universidad de la Música de Berlín.

También su construcción reflejó las oscilaciones de la historia alemana en el siglo XX. Durante las obras, la Alemania comunista (RDA) levantó en 1961 el Muro de Berlín, que pasaba a metros del edificio. La Philharmonie quedó al límite en el lado occidental. En las imágenes aéreas parece un buque abandonado en tierra de nadie.

Se trata posiblemente de lo mejor que tiene para ofrecer la arquitectura de Berlín en el siglo XX, escribió el arquitecto Matthias Sauerbruch en un artículo para una exposición por el aniversario.

Como toda obra revolucionaria, sin embargo, la Philharmonie también tuvo sus detractores.

El laberinto de escaleras del foyer –en el que suelen verse espectadores desorientados tratando de encontrar su sitio en los descansos de cada función– irritó por ejemplo al arquitecto Max Dudler, quien criticó la falta de espacios formulados con claridad.

También algunos músicos se distanciaron del llamado Zirkus Karajani, como apodan los berlineses al edificio. El director de orquesta Hans Knappertsbusch llegó a cancelar un concierto: Lo que me faltaba era que cientos de espectadores me miraran a la cara cuando dirijo, dijo sobre el público que se sienta detrás de la orquesta. Su colega George Szell la calificó incluso de engendro.

Pero nada impidió que la Philharmonie llegara a cumplir sus 50 años como una de las principales salas de música clásica del mundo y ahora también del ciberespacio: su oferta incluye un abono para seguir en directo a través de Internet su rico programa de conciertos.