Opinión
Ver día anteriorMartes 8 de octubre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Dos versiones de un hecho

Confusión sobre agresión a policía

Unos se van, otros llegan

E

l primer día de octubre por la noche, después de las refriegas callejeras, en la pantalla de una de las computadoras de la oficina de prensa de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal se preparaba un boletín de prensa en el que se decía que los policías que habían sufrido lesiones por la agresión de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación estaban fuera de peligro.

La versión nunca se despachó a los medios. La comunicación oficial debería ser la misma que desde las primeras horas de la tarde se difundió en la primeras planas de los periódicos en la red: un policía estaba en estado de coma, debido a los golpes que le propinó en la cabeza un profesor.

Las versiones eran confusas. Se habló de que muy temprano, en una de las calles cercanas a bulevar Aeropuerto, donde se agrupaban los profesores que irían a alimentar al contingente que ya se hallaba bloqueando la avenida que lleva a la terminal aérea, un policía en motocicleta, de los llamados relámpagos, trató de atravesar el grupo, pero fue detenido, golpeado y despojado de su arma, su motocicleta y el chaleco antibalas.

Aquello sucedió muy temprano; no había testigos, pero la versión era correcta. Lo que no quedaba claro es cómo ocurrió, porque a esas horas, poco antes de las seis de la mañana, los profesores que buscaban incorporarse al contingente que ya estaba sobre bulevar Puerto Aéreo no llevaban palos ni tubos; apenas arribaban al lugar.

Más tarde quedó claro para todos que los profesores arrancaron los tubos que sostienen la malla ciclónica que separa los carriles de esa vialidad, la cual permaneció bloqueada por horas. Pero nunca se dijo si el traumatismo craneoencefálico, grado tres, y (el) edema cerebral con el que ingresó al hospital Mocel el policía fue producto del enfrentamiento que sucedió durante el cierre de la avenida o antes.

Esto aunque, cuando menos en las escenas que tomaron las diferentes estaciones de televisión, nunca se vio que algún motociclista hubiera sido golpeado. Es más, no se mira ningún motociclista en las refriegas. ¿Sería que los profesores ya traían palos o tubos cuando llegaron a las calles aledañas al bulevar Aeropuerto y viajaron con ellos en el Metro o en los camiones que tomaron para trasladarse al lugar?

En el comunicado 939/13 de la Secretaría de Seguridad Pública del DF no se hace alusión alguna al supuesto o real estado de coma del policía, aunque sí se habla de las lesiones que le impusieron los golpes recibidos. Afortunadamente, el subinspector Álvaro Sánchez Valdez, de 39 años, granadero y cuyo indicativo es Relámpago Gama, se halla hoy fuera de peligro.

El suceso quedó allí, con todas sus incógnitas, para la memoria de uno de los plantones más largos y conflictivos que ha vivido la ciudad de México, que al parecer empieza a diluirse, aunque hay quienes aseguran que mientras los profesores de Oaxaca abandonan el DF, los de Chiapas y Veracruz apenas empiezan a llegar, y esto puede prolongarse aún más. Ya veremos.

De pasadita

Pronto habrá de saberse quién sucederá en la Comisión de Derechos Humanos del DF a Luis González Placencia. Sea quien sea, tendrá que ser alguien alejado de los intereses partidistas. Uno de los obstáculos que enfrentó Luis González estuvo a cargo de la gente de René Bejarano, quien, según nos cuentan, para conceder los votos que permitieran que González siguiera en el cargo pedía una serie de lugares en la comisión, condición que no aceptó el ahora ex ombudsman del DF. Nada más falta que IDN quiera imponer al próximo. Eso sería un suicidio para el organismo. ¡Cuidado!