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Devastación

Faltan víveres y apoyo gubernamental; sus habitantes temen la aparición de enfermedades

A tres semanas del desastre, en la sierra de Zihuatanejo no llega ayuda
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Un grupo de niños indígenas na savi, de la comunidad Tierra Blanquita, en la Montaña de Guerrero, esperan el reparto de despensasFoto Salvador Cisneros Silva
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 5 de octubre de 2013, p. 3

Zihuatanejo, Gro., 4 de octubre.

Han pasado tres semanas desde que Manuel azotó a la entidad, y comunidades como San Agustín, San Ignacio y Las Huertas permanecen aisladas después del paso de la tormenta; son comunidades de la alta sierra de Vallecitos, en Azueta, denunciaron ayer sus autoridades.

El comisario ejidal de San Ignacio, Gustavo Peña, contó que a 20 días del meteoro, los pueblos de la sierra en ese municipio se encuentran sin víveres ni apoyo gubernamental y con los caminos destrozados.

Detalló que el trayecto que realizan de ese punto a Zihuatanejo es de dos horas y media, pero debido a los daños en los caminos y a que la carretera se partió en varios puntos, además de los derrumbes, ahora tienen que viajar cuatro horas.

El comisario subrayó que en la comunidad central del ejido hay 20 familias, además de los poblados que lo rodean.

Ahí todavía no llega el apoyo y la misma gente abrió los caminos. Cuando la Marina trató de llevar despensas no pudieron pasar, se quedaron a medio camino y mejor se regresaron, dijo.

Expresó que en la comunidad de San Ignacio la tienda Conasupo que surte de víveres a todo el ejido ya está vacía, y las 20 familias afectadas no tienen qué comer.

Explicó que para conseguir alimentos los hombres bajan en cuatrimotos –únicos vehículos que pueden transitar la carretera destruida– hasta el poblado de Pantla, lo que les toma más de una hora.

Destacó que las lluvias de Manuel también afectaron la producción agrícola.

Peña comentó que otra comunidad con 20 familias afectadas más fue la de San Agustín, donde también viven de la siembra de maíz y hortalizas.

Señaló que las pérdidas son de cien por ciento de la producción, la cual es para autoconsumo.

Sin víveres en la tienda Conasupo ni cosecha anual, los pobladores de San Agustín y San Ignacio padecen ahora una crisis alimentaria, aseguró el comisario.

Apoyos, seleccionados e insuficientes

El delegado regional de la Unión Campesina Democrática (UCD), Bernardo Solís Radilla, declaró que las comunidades más alejadas de Azueta siguen abandonadas, pues pese a los esfuerzos para que se les otorguen los apoyos, estos no llegan o, en su defecto, son repartidos a unos cuantos campesinos, sin ser parejos, pues las pocas despensas que llegan a la alta sierra son insuficientes para satisfacer las necesidades.

Solís Radilla detalló que los puentes y caminos que unían a comunidades como San Antonio, Bálsamo, Mesas de Bravo, Rabo de Iguana, San Ignacio, San Rafael, Chaveta, Siempre Viva, Plan de los Hernández, Zacatlán, Las Ollas, El Montor, Zihuaquio, Capirillo, Hierbabuena, La Cuchara y Zumatlán son las más afectadas, pues se encuentran con las vías destrozadas, por lo que los campesinos han tenido que bajar a pie, porque en algunas ni las cuatrimotos pueden llegar.

Son campesinos que perdieron todo, su casa, su material de trabajo, sus cultivos, principalmente frijol, maíz y calabaza que es a lo que se dedican; en La Cuchara y en Zumatlán igual, el río se llevó las casas y la gente no tiene nada, no pueden bajar, algunos se aventuran y lo hacen caminando, vienen para denunciar, decirle al ayuntamiento cómo están, pero no pueden bajar, dijo.

Puntualizó que sumado a la incomunicación se encuentra que ya de por sí había un problema en Vallecitos con casos de dengue hemorrágico, así que en una semana a más tardar es seguro que comiencen las enfermedades gastrointestinales, respiratorias, conjuntivitis, dengue; no falta mucho.

Hace dos días, el secretario general del ayuntamiento de Azueta, Antonio Reyes Pascasio, declaró que para levantar el municipio se necesitaran al menos 136 millones de pesos, y que las afectaciones más grandes fueron en los caminos serranos.