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Más de 45 mil cantaron con Bon Jovi
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de octubre de 2013, p. a10

Las power ballads y el glam del grupo estadunidense Bon Jovi resonaron en el Foro Sol la noche del pasado domingo, con canciones emblemáticas como Living’ on a Prayer, de su álbum Slippery When Wet, de 1987, considerada la mejor canción de rock de los ya viejos años 80.

El grupo lidereado por Jon Bon Jovi cumple en este 2013 tres décadas de historia, en las que ha vendido más de 130 millones de discos, aunque el más reciente, titulado Because We Can, que da título a la gira, tan sólo ha colocado 700 mil unidades, la mas pobre de su trayectoria.

DLD (Dildo) abrió la fiesta y dedicó Odisea a quienes la están pasando mal por las lluvias. Es una esperanza.

Atrás quedó el problema por la apendicitis del baterista Tico Torres, que obligó a postergar la tocada hasta este domingo.

El grupo llego a Mexico después de tocar en Río de Janeiro. Una falta muy sensible es la de Richie Sambora, guitarrista oficial, quien entró en una disputa con el líder Bon Jovi. La polémica alude a una reincidencia en el alcoholismo de Sambora o a pleitos indecibles y que son tema en publicaciones como The Sun.

El lugar de Sambora lo ocupa Phill X. El cuadro lo completan David Bryan, tecladista, y Hugh McDonald, en el bajo.

It’s my Life, el clímax

A las 21:40 horas se inició el concierto del considerado chico malo de New Jersey. Tú le das un mal nombre al amor provocó un coro de 45 mil 482 gargantas (aforo oficial), pero el clímax fue con It’s my Life.

Para amarrar la noche con un sentimiento amoroso, dedicó Mujer bonita, el clásico de Roy Orbison, a las mexicanas.

Los ex hair rockers (matudos, melenudos), pues hoy Bon Jovi luce un pelo muy recortado que a muchos de sus fans no les gusta y lo consideran una traición al heavy, complacieron con What the Water Made Me y Raise Your Hands, para agarrar velocidad con Lost Highway. Luego Because We Can, con el ritmo marcado, por el estilo juvenil de la cultura gringa. Bad Medicine provocó una reacción en cadena y miles de celulares refulgieron cual luciérnagas. Todo para que el estuario del rock confluyera en Livin’ On a Prayer.