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Equipo del Hospital de Oncología desarrolló sistemas y métodos para identificarlas

Estudian en el IMSS el origen del cáncer a partir de células troncales

Buscamos los genes que están involucrados y de qué manera podemos utilizarlos como biomarcadores para el diagnóstico, pronóstico y prevención del mal, explica Héctor Mayani Viveros

 
Periódico La Jornada
Martes 1º de octubre de 2013, p. 2

Si tuviéramos que asociar una enfermedad al siglo XX esa sería el cáncer, ya que fue el azote de la humanidad en ese tiempo y de alguna manera lo sigue siendo en el XXI. No es la causa número uno de mortalidad, pero sigue entre los tres padecimientos de mayor frecuencia en el mundo (después de los problemas cardiovasculares y la diabetes), aseguró el doctor Héctor Mayani Viveros, jefe de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades del Hospital de Oncología del Instituto Mexicano del Seguro Social.

El investigador, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), explicó que el cáncer no es una enfermedad, sino un grupo de enfermedades. Existen más de cien tipos, clasificados de acuerdo con el lugar donde se originan.

En esta unidad investigamos sobre células troncales. Hemos desarrollado sistemas y métodos para identificarlas, cultivarlas, purificarlas, expandirlas, y criopreservarlas. Con base en ellos, trabajamos para entender la biología de las células troncales leucémicas y las troncales normales para compararlas.

Comentó que incursionan en dos grandes áreas de estudio: Por un lado, el aspecto molecular. Buscamos entender qué genes están involucrados en el origen del cáncer y de qué manera los podemos utilizar como biomarcadores; por otra parte, estamos interesados en entender en qué células se origina, esto es, las llamadas troncales cancerosas o troncales iniciadoras del cáncer.

Los biomarcadores son moléculas (proteínas o genes) que pueden ayudar en tres grandes áreas: diagnóstico, para saber si una persona tiene ya la enfermedad; pronóstico, para saber si el paciente responderá o no a un tratamiento, y prevención, conocer si una persona es propensa o susceptible a desarrollar el mal. Esta última es, probablemente, el área menos avanzada y en la que hay que tener mucho cuidado, porque a lo mejor un individuo sí presenta cierta mutación que sugiere que puede desarrollar cáncer, pero no hay la certeza de que esto ocurra.

“Durante mucho tiempo se pensó que el cáncer se originaba en una célula y a partir de ahí las demás empezaban a proliferar de manera descontrolada; se creía que todas las células que formaban parte de un tumor eran iguales, ahora sabemos que no. Este padecimiento se inicia en células muy específicas que son las células troncales cancerosas. Parte de la investigación que hacemos está enfocada en entender cómo es que una célula normal se transforma en una cancerosa y cómo es que ella puede iniciar el crecimiento tumoral y mantener ese desarrollo de manera indefinida; también nos interesa saber cómo frenarlas y eliminarlas, explicó el experto.

Jerarquías dentro de un tumor

“Se ha encontrado que el cáncer no es un crecimiento celular desordenado, es decir, existe cierto orden dentro de ese desorden, no todas las células de un tumor son iguales entre sí, hay diferentes jerarquías. Esto es importante, porque sabemos que hay células que podemos eliminar mediante quimioterapia o por terapias blanco, pero hay otras que no podemos erradicar con esas técnicas. Se ha visto que al menos para cierto tipo de cáncer, las células troncales iniciadoras, que no son sensibles al efecto de la quimioterapia o incluso de la radiación, están en una etapa quiescente, es decir, en descanso o medio dormidas; pero después hay ciertas señales que provocan que despierte, que se active, y empiece a proliferar.

La investigación sobre estas células es muy importante, porque hasta ahora la investigación se había centrado, sobre todo en los tumores. Se sabe que la quimioterapia puede eliminar hasta 99.9 por ciento de las células del tumor, pero con que quede una de esas células troncales con vida, potencialmente la enfermedad puede regresar después de un tiempo, indicó Mayani Viveros.

Agregó: El avance en los pasados cien años en el tema ha sido extraordinario, pero aún falta mucho por conocer, estamos lejos de decir que lo hemos conquistado. Es necesario brindar mayor apoyo presupuestal a la investigación, y crear redes de interacción entre los grupos que trabajan en el tema, tanto los del área básica como la clínica. Creo que la AMC y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología pueden ser catalizadores para que esto se lleve a cabo.