Como no ocurre en ninguna otra región del país, el municipio de Santiago Nuyoó, en la región mixteca de Oaxaca, tiene una cobertura de telefonía y servicios financieros móviles de casi 80 por ciento.

Todo por un proyecto piloto de inclusión financiera y de comunicaciones en zonas rurales que Telecomm Telégrafos puso en marcha desde enero de 2012 y que ha sido apoyado y difundido por el Grupo Consultivo de Ayuda a los Pobres (CGAP, por sus siglas en inglés), vinculado al Banco Mundial.

Telecomm Telégrafos ya consiguió una concesión para instalar, operar y explotar una red de telecomunicaciones por satélite que ofrezca servicios de mensajes cortos, voz y datos, para replicar la experiencia de Santiago Nuyoó en otras comunidades que comparten las mismas características: una población de menos de 5 mil habitantes y marginada de los servicios financieros y de telecomunicaciones, explica Hernán Garza Villarreal, director comercial de Telecomm Telégrafos, en entrevista con La Jornada. El futuro del proyecto depende ahora del presupuesto que se le asigne en 2014.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 36 por ciento de las localidades rurales del país (de menos de 5 mil habitantes) y 7 por ciento de las poblaciones en transición de convertirse en urbanas (de 5 mil a 15 mil personas), en las que en conjunto viven 20 millones de mexicanos no cuentan con cobertura de telefonía celular ni servicios financieros.

Además la brecha digital sigue haciéndose cada vez más profunda porque a pesar de que no deja de crecer el número de suscriptores de servicios móviles en el país, éstos se concentran en las zonas urbanas, advierte a su vez un análisis The Competitive Intelligence Unit (CIU), una consultoría especializada en telecomunicaciones.

Si bien en México existen actualmente 102.2 millones de líneas móviles, lo que implica una penetración del 86.3 por ciento, la cifra no se mantiene igual en comunidades urbanas que rurales.

En Santiago Nuyoó 320 hombres y mujeres, que representan 80 por ciento de los adultos de la comunidad, recibieron un teléfono celular básico (de unos 200 pesos), cuando abrieron una cuenta de ahorros en la oficina de Telecomm Telégrafos con un depósito mínimo de 50 pesos. A partir de ahí realizan prácticamente todos sus pagos con el celular a través de enviar mensajes de texto y el monto a pagar, explica Garza Villarreal.

Este es un proyecto muy convergente porque toca inclusión financiera, social y telecomunicaciones, añadió el funcionario.