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Aseguran autoridades que reciben medicinas y comida especiales

Sin atención médica reos con hepatitis en el Reclusorio Oriente: familiares
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de septiembre de 2013, p. 26

Tras un brote de hepatitis en el Reclusorio Oriente, al menos 10 internos enfermos permanecen aislados sin recibir la atención médica adecuada; están en situaciones deplorables, denunció Eva Salazar, familiar de uno de los aquejados.

Desde hace aproximadamente un mes, su nieto Saúl Leonel Chacón Loperena evidenció todos los síntomas de dicha enfermedad, al igual que siete de sus compañeros de celda, pero hasta el momento a los internos enfermos sólo se les ha permitido recibir dulces y desde hace una semana no se sabe cuál es el estado de salud de los afectados, agregó.

En este escenario, el Sistema Penitenciario del Distrito Federal, confirmó que hay nueve internos enfermos de hepatitis A en dicho penal, quienes fueron aislados del resto de la población carcelaria para evitar que la enfermedad se propague.

La dependencia aseguró que los pacientes están siendo atendidos por el área médica del Reclusorio Oriente, gracias a que  cuentan con todos los elementos para su tratamiento.

La primera medida fue aislarlos y extremar las medidas de higiene. A los reclusos enfermos los están medicando e incluso la comida que les dan es especial, dada su condición, señalaron autoridades penitenciarias.

Sin embargo, el padre de otro de los afectados denunció que tuvo que pagar para que los dejaran entrar al reclusorio, donde pudo ver a su hijo y notó que los enfermos se encuentran en celdas de segregación. Eso significa que los tienen castigados porque han estado hablando de las carencias que tienen, añadió Eva Salazar.

Pagan por todo

En el Reclusorio Oriente, dijo la denunciante, hay más de 10 mil internos y se tiene que pagar por todo, hasta una cubeta con agua para que se bañen cuesta 10 pesos. Los internos están en condiciones deplorables, los enfermos duermen en el suelo, no tienen ni una cobija, no les dan medicinas y ni siquiera les han hecho estudios clínicos.

Ante esta situación, los familiares de los reos que contrajeron la enfermedad interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal el pasado 23 de septiembre.