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Obra de Juan Pablo Contreras, interpretada por la Filarmónica de la Ciudad de México

El laberinto de la soledad, pieza orquestal de búsqueda y coexistencia de identidades

Su interés, nutrirse de la tradición europea, pero escribir algo con lo que me identifico más

 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de septiembre de 2013, p. 6

Una obra con cierta ansiedad que invita a cuestionar la identidad del mexicano, la pieza orquestal El laberinto de la soledad, del joven compositor jalisciense Juan Pablo Contreras fue interpretada anoche por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.

Alusiones al mariachi, trazos de las bandas tradicionales, un arpa que recuerda al son jarocho, e incluso un fragmento de El sonidito, pieza inspirada en la obra homónima de Octavio Paz hace coexistir las técnicas de la música clásica, la gran herencia europea que tiene la escritura orquestal, pero a la vez soy mexicano, crecí aquí hasta los 18 años, y hay una riqueza muy grande de música folclórica y es lo que he estado contemplando: cómo mezclar estas dos cosas para que existan en un sonido, afirmó en entrevista el músico de 26 años de edad.

La obra tiene cierta ansiedad de querer descubrir la identidad; entonces estás escuchando un tema de mariachi muy bello, se interrumpe por algo muy europeo, porque existe un choque que se ejemplifica en el tema, describió sobre la síntesis de diferentes estilos. A la vez, afirmó Contreras, hay cierto deseo de que las cosas mejoren en el país.

Con la dirección de José Areán, hoy a mediodía se repetirá en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli el concierto integrado con música de compositores contemporáneos mexicanos, con piezas de Mario Lavista, Francisco Savín, Alexis Aranda y Juan Felipe Waller.

“Siento que mi música es un tipo de nacionalismo, pero muy diferente. Carlos Chávez y Silvestre Revueltas eran compositores nacionalistas, porque estaban batallando por buscar un sonido mexicano.

“Ahora busco hacer un comentario, quiero que la gente se identifique con lo que estoy escribiendo, que vayan a un concierto y piensen ‘me gustó, porque esas melodías las conozco, pero nunca las había escuchado en un entorno sinfónico’, con estos choques que incorporé yo”, expuso en una conversación, tras concluir uno de los ensayos con la orquesta y trabajar al lado del director José Areán en los últimos detalles estilísticos de color.

La pieza orquestal de ocho minutos fue escrita en 2011 como su proyecto de tesis de maestría y fue estrenada el 23 de marzo de 2012 por la Manhattan School Symphony. Hasta ahora, es la quinta orquesta que la interpreta; antes lo hicieron las sinfónicas del estado de México y de Córdoba (Argentina), y la Filarmónica de Jalisco. Sigo aprendiendo de cada orquesta y director. Cada uno resalta instrumentos en alguna sección que no había imaginado. Las mejores lecciones de un compositor se llevan a cabo cuando escuchas tu música en vivo. Por ejemplo, José Areán hace una parte lírica más lenta que la hizo más disfrutable.

En mayo pasado, Juan Pablo Contreras ganó el primer lugar William Schuman Prize, del concurso BMI Composer Awards por su obra El laberinto de la soledad. El importante certamen que convoca a compositores del hemisferio occidental menores de 30 años, otorgó el premio entre más de 700 piezas enviadas.

En voz de Contreras, lo que más gustó al jurado fue que era el único en el que se sentía que decía algo con la música, muchas veces, cuando eres un compositor joven quieres presumir tu oficio, hacer ver cuán complicada es tu música. Muy pocos se enfoca en transmitir un mensaje.

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El músico de 26 años, durante la entrevistaFoto María Luisa Severiano

Al estar en el extranjero y leer la colección de ensayos de Octavio Paz, fue que se reveló esta búsqueda de la identidad del mexicano, explicó. Cuando estás lejos del país ves las cosas un poco más claras, tienes una perspectiva lejana, no estás tan involucrado y puedes escribir de manera más objetiva.

Tras siete años de radicar en Estados Unidos –cuatro en Los Ángeles y ahora el tercer año en Nueva York– ciudades donde ha realizado sus estudios de licenciatura y maestría en composición, el músico jalisciense abundó: al estar lejos, empecé a pensar qué tipo de sonido y qué quiero decir a través de mi música. Ya que escribí 10 o 20 obras, algo muy presente un mi música en los cuatro años anteriores ha sido un toque muy mexicano. Siento que ha tenido éxito porque la gente se identifica. Muchas veces la música clásica es muy distante a lo que la gente vive. Escuchas obras de Mozart, que están muy bonitas, pero no tienen nada que ver con lo que vivimos hoy como mexicanos.

Fue su ensamble para orquesta Silencio en Juárez, relató, el parteaguas en su estilo: Descubrí que me sentía muy identificado, emocionado y satisfecho al incorporar elementos mexicanos en mi música. Se trató de elementos de banda norteña, hasta una tonada cantada por los sacerdotes en misa, mezclada con la tradición clásica.

Incorporación del folclor

Es lo que hace falta en la música mexicana, hablar de temas que nos interesan como país y sociedad, ser un reflejo y no nada más escribir música que pertenece a la tradición europea. Entonces, recuerda lo conciertos con obras de Beethoven o Mozart, que aunque es muy bella, fueron escritas en el siglo XIX. Me interesa más escuchar música de alguien que está consciente e interesado de hacer un retrato de lo que vivimos hoy. Nutrirme de la tradición europea, pero escribir algo que he vivido y con lo que me identifico más. Eso lo descubrió con sus compositores favoritos, como Stravinsky o Bartók, quienes incorporaron el folclor de su tierra. En México, Chávez o Revueltas.

Me gustaría vivir aquí, pero desafortunadamente siento que no hay tantas oportunidades para compositores de música clásica en México, lamentó Contreras, al tiempo que, inquieto, preguntó sobre la paradoja mexicana: ¿por qué tenemos una música tan alegre, si hay tanta tragedia?

Y afirmó que el éxito que ha obtenido ahora no ha sido sólo por los elementos folclóricos o nacionalistas, sino “porque lo hago de manera muy honesta. No estoy pensando qué melodía meto para que suene mexicana. Sino que en realidad quiero escuchar eso. Eso es lo importante, ser alguien que en realidad quiere hablar de cosas de mi país.

Si la gente dice que soy un mexicano que le está yendo bien, que vive en Nueva Yotk y que ha comenzado a forjar una carrera importante, se siente mucho orgullo, por representar de manera positiva a México.