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Les va a pasar lo que a los del Heaven: nadie sabe dónde están, el amago

Detenido el día 13 acusa a agente de la PF de amenaza de desaparición forzada
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Estudiantes marcharon ayer en apoyo a la CNTEFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de septiembre de 2013, p. 15

“Les va a pasar lo que a los del Heaven: nadie sabe dónde están, nos decía uno de los policías federales cuando nos trasladaba al centro de mando, donde nos dieron a firmar un papel en el que aceptábamos que nos habían leído nuestros derechos y luego otro en donde se decía que habían cumplido con ellos.

Sin embargo, nos pusieron a disposición del Ministerio Público 20 horas después de detenidos y los de Derechos Humanos sólo se acercaron dos ocasiones para preguntar si no nos habían golpeado, afirmó Carlos de Regil Salazar, una de los 32 personas aprehendidas el viernes pasado, cuando la Policía Federal (PF) desalojó del Zócalo a integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Carlos de Regil dijo en entrevista con La Jornada que quedó atrapado como muchos otros ciudadanos entre vallas de policías. Él había terminado su horario de trabajo y se dirigía a su casa cuando quedó encerrado entre elementos de la PF, quienes al igual que los “representantes de Derechos Humanos se negaron a revisar mi gafete y ver que yo trabajaba a una calle de distancia.

Primero dijeron que tenía que esperar, pero no fue así: dejaron ir a maestros con credencial que acreditara que eran docentes; luego a los que traían su credencial de elector y su recibo de nómina de la SEP. Así se fueron la mayoría. Veinticuatro nos quedamos. Unas cinco veces nos hicieron vaciar bolsas o mochilas y luego recogerlas.

Decían que nos cargaría...

Agregó: “también, unas 10 veces, allí en Venustiano Carranza y casi el Eje Central, nos tomaton nuestros nombres y nos grabaron.Allí fue la primera vez que los de Derechos Humanos nos preguntaron solamente si no nos hanían golpeado. A uno de ellos le dije que yo trabajaba a una calle y había terminado mi turno. Respondió que tenía que esperar. Como a las seis de la tarde nos subieron a un camión.

“Tardamos hora y media en llegar al centro de mando de la PF. Todo el tiempo nos mantuvieron con la cabeza entre las piernas. Uno de ellos nos decía que nos ocurriría lo que los muchachos del Heaven (12 jóvenes plagiados, asesinados e inhumados en una fosa clandestina).

“Luego nos metieron a las instalaciones de la PF y nos pararon en una pared. Todos en fila. Luego nos sentaron en el piso y nadie nos quería decir los delitos que nos imputaban, pero, eso sí, nos fotografiaron junto a todas las lonas, tubos, alguna navaja y palos que recogieron del campamento de maestros. Decían que nos cargaría...

“Nos tuvieron sentados en el piso, a quien se dormía lo despertaban. Luego, ya en la madrugada del sábado nos tomaron las huellas dactilares y nos fotografiaron de frente y perfil. Nos preguntaban cuántas veces ya habíamos estado detenidos. Si contestábamos que ninguna, insistían.

“Las revisiones médicas y periciales duraron cinco horas. Hasta como la una de la tarde, casi 20 horas después de la aprehensión, nos tomó declaración el Ministerio Público.

Los de la PGR nos dijeron que nos había salido barato, en mil pesos. Cuando le dije a la MP que yo fui detenido cuando iba a mi casa porque había salido de trabajar, repitió que me había salido barato. Que pagara la fianza. Eso lo hicieron los familiares, que se organizaron afuera del centro de mando, narró De Regil, empleado de un call center de la calle Bolívar, en el Centro Histórico.