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La actriz es una de las protagonistas de Deseo, película que se estrena hoy en salas del país

El cuerpo como objeto de anhelo lo es todo: Edith González

Interpreta a una actriz lesbiana que busca a una joven que la complazca en la cama

La cinta se basa en una pieza teatral de Arthur Schnitzler, sobre cómo se contagiaba la sífilis; en 1920 causó escándalo, y ahora es muy actual por el azote del sida, explicó el director Antonio Zavala

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¡Es fantástico ver un cuerpo bien trabajado! Es precioso ver el cuerpo del ser amado, afirmó Edith González, arriba en un fotograma de la película
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de septiembre de 2013, p. 9

“El deseo es eterno. En este caso es el anhelo de llenar la sala de cine para que vean Deseo; es el objetivo cumplido, porque la producción está redonda; es la búsqueda de poder hacer trabajos que dejen esta satisfacción”, expresó en entrevista Edith González el pasado lunes, al final del estreno de la cinta Deseo, que se exhibirá hoy por primera vez a escala nacional, con 46 copias.

Han pasado cinco años desde el inicio de la planeación de esta obra. Por momentos la idea que prevaleció fue que nunca estaría lista. Son ocho historias hilvanadas por el erotismo, el vouyerismo, la obediencia sexual, el uso de cuerpos, el mareo alcohólico para vencer resistencias morales y pudorosas; el exhibicionismo corporal, para ser visto y despertar al demonio de la calentura, esa lumbre, esa brama que sube por las piernas, según Henry Miller.

Edith González interpreta a una actriz lesbiana que busca a una joven que la complazca en la cama, pero tiene mala suerte y se halla con chicas a las que les gusta obedecer. Hasta que conoce a una libertina.

–¿Qué significa el cuerpo humano como objeto de deseo?

–Es todo. ¡Es fantástico ver un cuerpo bien trabajado! Es precioso ver el cuerpo del ser amado. Un cuerpo puede darte salud. El poder seduce, la belleza seduce. El alma seduce. La inteligencia seduce.

–¿Cuál es su opinión sobre el personaje que desarrolla en esta película?

–Es el personaje más solo y el más necesitado de ser aceptado por lo que es, el más necesitado de dar afecto. No sólo representa el deseo carnal, sino el de convertirse en uno con el otro.

–En esta película el deseo viene y se va. Se acaba y eso es una fatalidad.

–Sí, es una fatalidad que allí está. Si el deseo se convierte en amor, es correspondido, pero el deseo se va. Ahora veo esta película de otra manera, con más lecturas, como el deseo de amor, de triunfar, de superarse, o el deseo por el olvido, como el caso de mi personaje, Leonor Varela.

En la alfombra roja, ante cientos de flashes, está la actriz Christian Bach, de origen argentino, quien desempeña el papel de la bella esposa de un potentado y vengativo esposo (Pedro Damián), quien vive en un pueblo y todo es infierno grande. Tiene un admirador que la sigue desde que tenía nueve años de edad y quedó prendado, enamorado de la rubia, que conforme madura se cae del árbol.

El joven es Ari Borovoy, nieto de un rico que crece solo, atendido por su nana. Un día sigue a la guapa en su coche. La sube al vehículo, la lleva a su casa, le da mota y por fin la hace suya. El joven junior ha cumplido su deseo de años.

Bach dijo que el guión le agradó desde la primera lectura. La dirección de Antonio Zavala es excelente y se da una conjunción entre actrices y actores. Mi familia siempre me está apoyando, lo mismo que la familia grande, el público. Esta película es fuerte, pero está muy bien narrada, con buen gusto. No se van a sentir incómodos con las escenas de sexo.

Humberto Zurita, esposo de Bach, bromeó: “Sólo puedo tener escenas eróticas respecto de Christian. Aún no veo la película. Los actores estamos propensos a tener escenas de besos o sensuales, pero sabemos que es nuestro trabajo. Christian sabe quién soy, qué hago. Los jóvenes a lo mejor tienden a encelarse, pero en mi caso, pues no. Ya tengo muchos años en esto. No soy celoso, ni de joven lo fui.

En la película el deseo puede ser poder, pero a mí eso no me atrae como a un político. Otra cosa es el ego, que nos hace funcionar día tras día.

Paola Núñez, quien desarrolla otro de los protagónicos, expuso que en las escenas de sexo con Edith González, ésta tiene más experiencia como actriz. Es parte de la carrera hacer este tipo de escenas y de personajes. Lo hacemos con respeto y compromiso. La producción hace todo lo posible para que nos sintamos cómodos, pues no es fácil estar desnudos.

–¿Qué genera deseo?

–Una de las características del ser humano es desear cosas; de eso habla esta tragedia del deseo por el dinero, por el éxito, por ser lo que todo el mundo quiere que seas. Esto no sólo aplica para las mujeres, sino para todos los humanos. Es algo que nos puede llevar a consecuencias fatales. Nos obsesionamos con lo que no podemos tener. El poder corrompe y somos vulnerables, según las circunstancias. Es luchar contra tus propios demonios. La tentación está presente 24 por siete y todos caemos. Sí, creo que está bien hablar de las cosas positivas que tenemos, pero hay que aceptar la parte negativa y aceptar que deseamos, y que caemos. Brillas, si conociste la oscuridad”.

El director Antonio Zavala sintetizó: “Llegué al tema de esta película buscando una obra teatral para construir una cinta. Gerardo Taracena me hizo favor de acercarme esta obra, esta pieza teatral de Arthur Schnitzler. Lo interesante fue retrotraer este tema que parecería arcaico, que en 1920 en Berlín causó escándalo. Es actual. En ese momento se escribió como fábula, para ilustrar la manera como se contagiaba la sífilis, que no era curable hasta entrados los 40. Ahora tenemos el azote del sida y del papiloma humano y la fábula viene muy al caso hoy día.

Nos interesa muchísimo mostrar el paralelismo de la sociedad vienesa decimonónica con el México actual, que está estratificado y donde el deseo, el erotismo, es una lucha de poder.

También actúan Paulina Gaytán, Leonor Varela y Geraldiner Zinat.