Hay acciones de la Cruzada Nacional contra el Hambre que podrían ser más empáticas con las que realizó en su momento el programa Solidaridad, sostuvo Paula Hernández Olmos, coordinadora nacional de Oportunidades, quien anunció que por primera vez en 16 años se harán cambios a este mecanismo.

En entrevista, la funcionaria –quien fue secretaria de Obras Públicas en Hidalgo cuando gobernaba Miguel Ángel Osorio Chong–, indicó que el programa social más importante del gobierno federal se ligará a la productividad; se elevarán las intervenciones en salud, que pasarán de 13 a 27, y las familias ya no serán dadas de baja de manera unilateral, pues tendrán derecho de audiencia para ser recertificadas.

Destacó que en los próximos días entrarán en vigor nuevas reglas de operación del programa, que consideran la inclusión del Catálogo Universal de Servicios de Salud (Causes), el cual sustituirá al paquete básico garantizado de salud. Ahora, además de acciones de autocuidado, medición, control del peso, prevención de cáncer cervicouterino, entre otras, se incorpora un paquete de vacunas que incluye la del virus del papiloma humano.

En cuanto a los talleres de autocuidado, a los que deben acudir las mujeres una vez al mes, en las zonas urbanas serán cuatro veces al año, y al final tendrán que asistir a un chequeo. En áreas rurales también se disminuirá el número de asistencias.

Precisó que hay 5.8 millones de familias en el programa y 96 por ciento de las responsables son mujeres.

Respecto de la recertificación, explicó que –según estudios– de diez familias eliminadas, ocho regresan a las mismas condiciones de pobreza, y que la administración pasada dejó 500 mil familias por dar de baja. Este año se suspendió la recertificación para encontrar un modelo que defina si la familia ha mejorado o no su situación y en qué momento puede salir del programa. Se incluye la garantía de audiencia en lugar de darla de baja sin aviso: primero se le notificaría que tiene cierto tiempo para acudir a la coordinación y presentar los argumentos, a partir de lo cual se determina si es dada de baja o no.

También indicó que con las reglas vigentes, los beneficiarios de Oportunidades no podían comprar leche en Liconsa, porque se interpretaba como un doble apoyo, pero entendiendo que si están en este programa es porque son los más vulnerables, se estimó que es necesario que puedan acceder a ese alimento.

Ahora también se busca acercar a las familias a la productividad. Estamos trabajando con la Secretaría de Agricultura para revisar cómo sus programas pueden vincularse con los de Oportunidades y se vuelva un puente de transición hacia la productividad.

Descartó que el rediseño sea igual a las intervenciones llevadas por Pronasol, programa social del gobierno de Carlos Salinas. El objetivo principal es fortalecer las capacidades básicas de sus beneficiarios en materia de educación, salud y alimentación e incorporar nuevas intervenciones que tengan como resultado final incrementar el potencial productivo de los hogares en pobreza y sus integrantes, enfocado especialmente en los jóvenes.

El Pronasol, explicó, tuvo como meta desarrollar programas de salud, educación, nutrición, vivienda, empleo, infraestructura y otros proyectos productivos para la población más pobre. A fin de determinar las prioridades de atención se incluyó una amplia participación de sus beneficiarios a quienes, al mismo tiempo, se les hacía responsables de los resultados y en ocasiones financiaban los proyectos con sus propios recursos; su objetivo era aliviar la pobreza en el corto plazo mediante la entrega de recursos materiales o monetarios.

Con Oportunidades se entregan mil 700 pesos a las familias con niños en educación básica, y 2 mil 700 en media superior al mes; el límite son tres niños. Señaló que no han tenido problemas para entregar los apoyos a causa de la delincuencia, y en el caso de los desplazados, como en Guerrero, se va a donde se encuentran.