Opinión
Ver día anteriorSábado 31 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Tengamos un sueño

L

os mexicanos queremos vivir en una verdadera democracia; que nuestros gobernantes amen al país al que están obligados a servir y sus proyectos de reformas estén definidos por una ética y una participación ciudadana.

Tengamos un sueño: que los gobernantes no roben ni mientan; que no abusen de la gente y tengan la sabiduría para defender nuestra soberanía, la grandeza de nuestra historia y de nuestra cultura.

Queremos que respeten a los maestros de nuestros hijos y les brinden oportunidades auténticas para demostrar lo mucho que saben. Porque si el gobierno de verdad estuviera interesado en la educación, rescataría la experiencia de los maestros y, en todo caso, les ofrecería cursos para mejorar sus capacidades, en vez de tratar de anularlos y convertirlos en mano de obra barata.

Queremos una real esfera pública para debatir sin controles del gobierno ni de los mercaderes de los medios; para que se escuche lo que los maestros tienen que decir, porque la inmensa mayoría de ellos hace bien su trabajo y son ellos, precisamente, quienes saben cómo mejorar la educación. La gran mayoría hemos sido víctimas –no cómplices– de la corrupción que el gobierno instaló y ha solapado en el SNTE.

Tengamos un sueño: una educación pública, gratuita, obligatoria y humanista, que llegue absolutamente a todos los niños, porque ese sí es un hecho de modernidad y de progreso.

También queremos una educación que, como dijo Simón Rodríguez, tutor y mentor de Simón Bolívar, “enseñe a los niños a ser preguntones…”, para que pidiendo el por qué de las cosas, su mente se desarrolle libre y su imaginación no quede prisionera de información impuesta a la memoria.

Queremos que la OCDE, el FMI y sus afiliados, saquen las narices y sus manos sucias de nuestra realidad, de nuestras riquezas y de nuestros valores.

Y debemos preguntarnos por qué tanto interés y tanta prisa de los poderosos para controlar la educación. Respuestas las podemos encontrar en dos ideas; una, de Nelson Mandela: La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo… (Y ellos no quieren que el mundo cambie). Otra idea está en la frase de la artista iraní Marjane Satrapi: La educación –dice ella– es un arma de construcción masiva.

Sabemos que hay que mejorar la educación, pero de la mano de los maestros, de los filósofos, de los artistas y del amor, mas no siguiendo dictados del capital y sus ideólogos.

¡Bravo por los maestros!, que están dando lecciones de cómo se defiende la verdad, la democracia y los sueños… (Ahora que es la hora de saber quiénes somos).