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Cuando veo a mi país amenazando a otro siento vergüenza, afirma

Estados Unidos no puede ser la policía del mundo: Friedkin

Entregan al cineasta el León de Oro por su trayectoria en la Mostra

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El director William Friedkin toma una foto mientras posa durante su llegada al Festival de Cine de VeneciaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de agosto de 2013, p. a10

Venecia, 29 de agosto.

William Friedkin, el hombre que hizo estremecer de miedo a millones de personas con El exorcista, mostró hoy su rostro más político en la Mostra de Venecia, donde aseguró que su país, Estados Unidos, no puede ser la policía del mundo.

Alarmado por cómo está escalando la tensión en el mundo y con los tambores de guerra sonando por el conflicto internacional que se avecina en Siria, Friedkin destacó la vigencia de Sorcerer (Carga maldita, 1977), película que hoy se restrena restaurada en el certamen italiano.

Es una metáfora de las naciones del mundo que tienen que llevarse bien, aseguró el realizador, quien justo hoy cumple 78 años y recoge el León de Oro por su trayectoria.

El mundo está ahora al borde de la extinción con unos países amenazando a otros. Todo el mundo se está amenazando como no lo había visto desde la Segunda Guerra Mundial.

Cuando veo a mi país provocando o amenazando a otro país siento vergüenza, señaló Friedkin. Hoy en día sólo se necesita un hombre loco para que ponga fin al mundo tal como lo conocemos, agregó el cineasta que dio un nuevo giro al cine de terror y de suspense con sus películas en los años 70.

No hay un Superman o Batman que venga a rescatarnos, tan sólo hay personas normales y corrientes y la única solución real es que del mundo salga un nuevo Gandhi o un Martin Luther King que estén dispuestos a un compromiso.

Friedkin reivindicó el papel del cine como vía para contribuir a la paz. El cineasta señaló que hay que recordar las palabras del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, quien dijo que el arte no es un espejo para reflejar la sociedad, sino un martillo para reformarla.

Encantado con el reconocimiento, Friedkin defendió como propia la película que hoy se restrena en Venecia y que además es uno sus largometrajes favoritos.

Sorcerer es un angustioso thriller sobre unos trabajadores a los que les ofrecen transportar una peligrosa dinamita atravesando una jungla en dos viejos camiones y que contó con un reparto internacional encabezado por Roy Scheider (Tiburón), Bruno Cremer y el español Paco Rabal (Nazarín).

Contemporáneo y relevante

El cineasta aseguró que la película no es un remake del largometraje francés El salario maldito, sino una nueva versión. Cuando uno hace Hamlet no dice que hace un remake, sino una nueva versión y para que así sea tiene que ser contemporáneo, relevante y original, características que Sorcerer reunió en su momento y sigue conservando, explicó.

El realizador, quien siempre mantuvo las distancias con los grandes estudios, también arremetió contra su forma de trabajar. Hoy en día son grandes casinos, y con ello no quiero decir burdeles, sino que allí se hacen grandes apuestas (con las películas). Hollywood podría hacer mil películas con lo que gasta sólo en una, comentó en referencia a los blockbusters.

Hollywood no obstante reconoció su originalidad e innovación con un Óscar por The French Connection (1971), el thriller protagonizado por Gene Hackman y Roy Schneider.

Friedkin contó que los grandes estudios no quisieron arriesgarse con su película más conocida El exorcista, un trabajo en su opinión importante por cómo trata el misterio de la fe y el poder de Cristo. “La fe, aseguró, es un misterio. No hay escritos o pinturas de la época en las que se vea a Jesús. Sus palabras llegaron a nosotros a través de otros. Sabemos más de Jesús después de muerto que en vida y todo eso es parte del misterio de la fe y de eso va El exorcista, del misterio de la fe y de su poder de curar”, agregó.

Aunque ya no ve prácticamente nada del nuevo cine que se hace, a excepción de las películas de los hermanos Coen, Friedkin piensa que la televisión por cable ofrece una calidad que en nada desmerece al cine con series como The sopranos o Homeland.

Asimismo recomendó a los nuevos directores salir de las escuelas de cine y colgar la película editada en casa en Internet. Nadie puede enseñar cómo hacer cine, apostilló convencido el realizador. Y sólo da un consejo a los aspirantes: ver todo Hitchkock.