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Proyecto de la UAEM, cuyos resultados ayudarán a desarrollar un sistema sustentable

Miden impacto de la ganadería en emisión de gases de invernadero

Eructos, respiración y heces de las vacas, que tienen cuatro estómagos, liberan metano y CO2

Financia el Centro Mario Molina y el Global Environment Facility, programa de la ONU

 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de agosto de 2013, p. 2

La actividad ganadera genera una cantidad significativa de gases de efecto invernadero, entre los que destacan el metano y el dióxido de carbono (CO2), ambos producidos a partir de la fermentación de los carbohidratos (celulosa, almidón, sacarosa) contenidos en el alimento que consumen los animales, además del óxido nitroso.

Por ello tenemos un proyecto para cuantificar el impacto de la ganadería en la emisión de gases de efecto invernadero, explicó el investigador Octavio Castelán Ortega de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Una de las causas de la emisión de gases, como el metano, en el ámbito ganadero es a través de la fermentación de los alimentos en el estómago de los rumiantes (vacas, cabras, ovejas y venados), las vacas tienen cuatro estómagos y en el más grande se fermentan los alimentos que consumen, sobre todo las plantas, y durante este proceso se liberan diversos gases mediante dos mecanismos: el eructo y la respiración.

Las heces constituyen otro factor que da lugar a la producción de metano, y cuando son vertidas al suelo –a causa de las proteínas no asimiladas en el tracto gastrointestinal de los animales– contribuyen a la emisión de óxido nitroso al ambiente.

De acuerdo con el informe La larga sombra del ganado, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de 2006, a escala mundial las actividades ganaderas contribuyen con 18 por ciento del total de emisiones antropogénicas de gases de invernadero, provenientes de los principales sectores emisores que son: energía, industria, residuos, uso de la tierra (que incluye el cambio de uso de suelo y la silvicultura), y agricultura.

La cantidad de metano que resulta de la actividad ganadera varía en cada país, debido al sistema de producción que se utiliza o a las características de cada región. Otros factores son el peso y la edad del animal, así como su dieta en cantidad y calidad. Por tanto, los estudios de la emisión de metano de este tipo deben incluir la descripción del ganado y su alimentación.

En cuanto a la medición de metano que el ganado produce, existen dos maneras: la primera es con las llamadas cámaras metabólicas, que consisten en una habitación cerrada donde hay sensores y medidores conectados. En esta cámara se mantiene al animal de 24 a 72 horas, con el fin de establecer cuánto metano produce.

Otra forma es en campo abierto: se libera un gas trazador del que se conoce su concentración, entonces un dispositivo captura el gas trazador y el gas que emite el ganado, al comparar la concentración inicial del trazador con los datos del gas capturado se establece la cantidad de gases liberados por el ganado, explicó Octavio Castelán, de la Academia Mexicana de Ciencias.

Agregó que estas mediciones son las primeras en su tipo en nuestro país, por lo que pronto tendrán los resultados, los cuales son necesarios antes de plantear acciones para desarrollar un sistema ganadero amigable con el ambiente. También destacó la necesidad de llevar a cabo investigaciones de este tipo para determinar la cantidad y los compuestos de efecto invernadero emitidos por la actividad ganadera.

Este proyecto cuenta con la participación del doctor Juan C. Ku Vera, de la Universidad Autónoma de Yucatán, y es financiado por el Centro Mario Molina y el Global Environment Facility, organismo del Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente.