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El presidente del organismo rechaza que exista subejercicio presupuestal

Acabaremos con el vicio de la discrecionalidad en el otorgamiento de recursos: CNCA
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 23 de agosto de 2013, p. 5

Juriquilla, Qro., 22 de agosto.

El titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Rafael Tovar y de Teresa, rechazó este jueves las versiones publicadas por diversos medios de información en días recientes sobre un presunto subejercicio presupuestal en ese organismo.

No tenemos ningún subejercicio. Incluso, por primera vez podemos decir que al término de agosto están prácticamente cumplidas las metas; para el día de mañana (23 de agosto) estarán asignados 2 mil 500 millones de pesos, destacó el funcionario.

Recordarán que tenemos 4 mil millones que son etiquetados (por los legisladores) para objetivos muy concretos y que nosotros ya no intervenimos en ellos; hay ocasiones que los proyectos no cumplen con todos los requisitos.

Explicó que en el CNCA no pueden ser tan irresponsables o tan suicidas para otorgar los apoyos monetarios sólo porque se presenten los proyectos, y aclaró que a la fecha se revisan varias de las casi 900 propuestas que solicitaron apoyos durante este ejercicio presupuestal

“Ahorita algunos de esos proyectos van en segunda y tercera revisión, porque efectivamente hay un control de que cumplan con los objetivos: algo tan sencillo como que cumplan con las actas notariales, las deducciones en (la secretaría de) Hacienda, que estén otorgados los permisos, que el proyecto tenga viabilidad.

Algo que hemos platicado con los diputados, y tenemos que lograr, es que todos estos proyectos se asocien a los objetivos de política cultural y a las prioridades que los estados y los municipios determinen, no que sean proyectos que vienen por encima de las necesidades reales.

Entrevistado durante un receso de la jornada inaugural de la Reunión Nacional de Instituciones Estatales de Cultura, Tovar y de Teresa afirmó que la dimensión social de la cultura es uno de los factores comunes entre los asistentes.

Prácticamente, todos los estados han mostrado interés en participar en los programas de prevención del delito. Esto es fundamental, porque cada quien tiene una óptica, dijo.

Por crear fondos mixtos

Sobre temas concretos, Rafael Tovar adelantó que propondrá restructurar la Dirección de Vinculación Cultural de esa instancia, con la finalidad de que se convierta en punto de encuentro y diálogo entre las diversas entidades, además de que se retomará la idea de dividir al país por regiones.

Habló de crear fondos mixtos, entre el CNCA y los gobiernos locales, con la idea de multiplicar las asignaciones y programas existentes, por ejemplo los destinados a creadores, a la capacitación en patrimonio inmaterial o prevención de la violencia.

Estamos rescatando que los proyectos que se lleven a cabo obedezcan a necesidades reales, ni siquiera lo que viene impuesto desde el centro, determinado por el CNCA o de los propios estados, sino lo que surge como iniciativa de las propias comunidades.

Afirmó que con este nuevo esquema se acabaría con la discrecionalidad en el otorgamiento de recursos, aspecto que aseguró se encontró al asumir la presidencia del organismo.

“Recordemos que son recursos públicos. Un funcionario no puede decir por simpatía o como resultado de un buen lobbismo que se les otorgan los recursos; el proyecto tiene que ser social y culturalmente sustentable”, asentó.

No es una crítica hacia lo anterior, pero sí era una práctica que habíamos desterrado hasta el año 2000. Con muchos menos recursos, todo se canalizaba a través del fondo o comisiones específicas de pares; eso es a lo que debemos regresar.

Entre otros aspectos, reconoció el impulso que durante el anterior gobierno federal se dio a la creación de infraestructura cultural. Sin embargo, indicó que existe preocupación a escala nacional ante la falta de un programa de animación cultural.

Hace falta, dijo, darles vida, contenidos, lograr buenos esquemas de gestión y sustentabilidad, y programas a largo plazo para evitar que esos espacios culturales se conviertan en elefantes blancos.