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Nueva temporada de Partir el pan, propuesta escénica de la cantante, en la sala Villaurrutia

Hebe Rosell comparte: He elegido testimoniar, denunciar y seguir soñando

Amalgama momentos autobiográficos, textos literarios, poesía, música y anécdotas

Foto
Hebe Rosell en una escena de Partir el panFoto cortesía del INBA
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de agosto de 2013, p. 6

Motivada por las propuestas de la filósofa española María Zambrano, sobre el poder de la confesión como el camino en que la vida se acerca a la verdad, la actriz, cantante y compositora de origen argentino Hebe Rosell presenta en nueva temporada su propuesta Partir el pan, en la cual amalgama y comparte momentos autobiográficos, textos literarios, poesía, música, canciones y anécdotas.

De acuerdo con Rosell, Zambrano sostenía que hasta que no se llegue al fondo de la vida personal, no vamos a poder librarnos de lo trágico de la historia, del destino... a menos que juntos trabajemos la propuesta personal y comunitaria como algo que podamos compartir.

En el momento mismo en que se comparte la soledad, el dolor, el sufrimiento...el tema se convierte en un nosotros, en un reflejo de la vida y de la necesidad de rebelarse y cambiar ese destino trágico de un pueblo, expresó la cantante.

Compromiso con la rebeldía

En Partir el pan, Hebe Rosell comparte sus experiencias no sólo como hija, madre, esposa y abuela, sino también como artista y creadora, como militante, activista social y exiliada, una vida siempre comprometida con la rebeldía y la necesidad de cambiar la realidad en beneficio de sus semejantes.

De igual manera, habla sobre su vida y experiencias, nada más pisar el suelo de México, donde Hebe ha radicado desde 1977 y donde desde que arribó, sabía que llegaba a casa.

Conforme recuerda, evoca, canta, recita poemas, Hebe Rosell se conmueve, indigna y solidariza, por ejemplo, con lo ocurrido en Acteal; en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora; por los asesinatos de Digna Ochoa; de doña Marisela, en Chihuahua; por Susana Chávez, quien dijo: Ni una muerta más.

En cierto momento, se convierte en voz de las víctimas, pero también en una mujer que ama, confiesa, celebra y comparte.

Esta obra, comentó la intérprete, recorre distintos momentos de mi vida personal, desde mi padre, quien me enseño a pelear y el miedo, y mi hijo, quien no tuvo una mamá normal ni un país normal ni casas ni parques normales, pero que sí tiene la certeza de que estar en este país vale la pena haber cambiado el destino.

Hay también momentos en los que se habla sobre su militancia y activismo social en Argentina, sobre los exilios en Francia y España.

Búsqueda y encuentro

De acuerdo con Rosell, desde una perspectiva no sólo personal, sino íntima, Partir el pan trata de una búsqueda y un encuentro en torno a la memoria histórica, la vocación de lucha, los cuerpos ausentes, la aptitud para la convivencia, la sensualidad, la fe, las nuevas batallas, el humor, la edad, el futuro, el neozapatismo, la rebeldía, el riesgo, la compasión, la franqueza, la solidaridad y la reconstrucción de la esperanza.

Con una larga mesa de madera como única escenografía, sobre la que se aprecian diversos recuerdos, objetos y un álbum con fotografías, poemas y testimonios de vida, Hebe Rosell confiesa que ha elegido nombrar, testimoniar, denunciar y seguir soñando, para ello evoca las diferentes etapas de su vida, marcadas en ciertos casos por la valentía, el miedo, el amor y el anhelo de libertad.

Con idea original y textos de Hebe Rosell, dramaturgia de Ángeles Hernández y asesoría escénica de Hugo Arrevillaga, Partir el pan se presenta en nueva temporada del 29 de agosto al 14 de septiembre, en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional), con funciones jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas.