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Ver día anteriorMartes 20 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Patishtán: ¿juzgar con el corazón?
N

o exagero al señalar que el tribunal colegiado del vigésimo circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chia­pas, tiene la vida de Alberto Patishtán en sus manos. Es inminente la resolución sobre el reconocimiento de inocencia que les ha sido planteado por la defensa del profesor tzotzil, que más bien deberíamos invertir para expresar tzotzil profesor, en ese orden, por las razones que anotaré, en una suerte de intento de que los magistrados las incorporen a las reflexiones que orientarán la decisión que tomen.

Patishtán ha planteado a los magistrados que vean su expediente con el corazón y yo me pregunto si entenderán el significado de tan singular petición; es posible que simplemente no presten oído a la misma, ignorando que ésta tiene contenido jurídico. Sí, dije bien. ¿A qué me refiero? Uno de los sentidos del reconocimiento de derechos a los pueblos indígenas y a sus integrantes, tanto en el Convenio 169 de la OIT como en la Declaración de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, es el respeto a su cosmovisión y la expresión aludida es un reflejo de ello. ¿De qué estamos hablando?, me dirán los magistrados. Pueden incluso agregar que en el expediente de la causa no hay elementos que les aporten a esta mirada. Parece ser que se preguntó al tzotzil profesor si habla español y su respuesta afirmativa sirvió para que todos se desentendieran de su dimensión indígena, siguiendo la muy lamentable tendencia reduccionista que asocia el continente de la lengua indígena al contenido y complejidad de la identidad. Incluso la propia Suprema Corte de Justicia se ha cuestionado si es suficiente la observación a simple vista de que un indiciado hable español para eludir la obligación de proporcionar un intérprete; más aún ha señalado que se debe garantizar un defensor que conozca la cultura específica sin que aun se avance en esa dimensión hacia ministerios públicos y jueces. Sin embargo, el carácter de cosa juzgada que han adquirido las resoluciones contra Alberto Patishtán para el caso de ver el expediente con el corazón al resolver el reconocimiento de inocencia, tiene hoy elementos cuya omisión en el pasado no significa que deba mantenerse. Se trata de la reforma en materia de derechos humanos al artículo primero constitucional y de la nueva atribución de realizar el control de convencionalidad. ¿Qué significa el debido proceso en lógica pluricultural?

Existe la obligación para los magistrados de considerar que un indígena, en este caso tzotzil, fue juzgado en un contexto de violación estructural al debido proceso que hasta ahora se aplica con criterios de homogeneidad cultural. Y no se pide que los magistrados legislen, como suele responderse, sino que interpreten y apliquen las normas que ya existen y a las que aludimos arriba. Por otra parte, es importante colocar la mirada en el testigo de cargo que le ha incriminado sin la garantía mínima de imparcialidad al estar involucrado en redes familiares y sociales con las que el tzotzil profesor mantenía diferencias políticas en el tiempo que sucedieron los hechos. Por otra parte, si se considera para la próxima resolución de los magistrados el factor cultural, pueden observar como testimonio colectivo las múltiples expresiones comunitarias en respaldo a la inocencia del tzotzil profesor. Aún más, el escenario del conflicto que derivó en los hechos por los que resultó sentenciado, forma parte del ámbito espacial de vigencia de la ley para el diálogo, la negociación y la paz digna en Chiapas, en cuya violación aún hay responsabilidades de Estado que no han sido delimitadas y en su caso sancionadas. Por tanto, el ambiente político en que se desarrollaron los hechos que motivaron el juicio y la nada pulcra investigación sobre los mismos forma parte de la cadena de incumplimiento oficial para atender las causas que dieron origen al conflicto armado en Chiapas, como señala la ley referida. Esta resolución mostrará si el derecho puede suspender una injusticia dictada bajo consigna política. Aunado a lo anterior y en lógica de filosofía jurídica liberal, vale la pena considerar los argumentos de Ronald Dworkin y decidir con base en principios, así contraríen intereses en juego.

Somos muchos, organizaciones y personas, que en todo el mundo estamos en espera de la justicia en este caso. Durante la Cátedra Caminante Tata Juan Chávez Alonso, realizada en Chiapas el pasado fin de semana, Gabriela Patishtán Ruiz saludó en tzotzil, y leyó una carta de su padre, en la que señaló: Es el momento de defender nuestros derechos, la madre tierra, nuestros recursos naturales y lamentó que lo que hacemos bien para nosotros muchos lo ven mal, nunca he robado nada y ahora no veo justicia, las autoridades me quieren ver morir en esta prisión. De esa dimensión será la resolución de los próximos días. Mañana realizarán en Tuxtla una peregrinación quienes se niegan a perder la esperanza en la justicia porque se toman los derechos en serio.