Ante las deficiencias del sistema federal para abarcar y atender todas las necesidades sociales en diversas comunidades y grupo específicos, en materia de protección y difusión del patrimonio nacional, un grupo de trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) fundó en 2001 la asociación civil Conservación Social del Patrimonio Cultural.

Además de haber participado políticamente en movimientos de protesta surgidos de los intentos de destrucción o privatización del patrimonio cultural, la agrupación incursiona ahora en la difusión de proyectos artísticos que a veces sólo se pueden apreciar en circuitos muy cerrados o de plano se quedan archivados por no contar con los recursos económicos suficientes.

Tal es el caso de la exposición Sublimes irredentas, del pintor Marco Zamudio, la cual organizó Conservación Social del Patrimonio Cultural, AC para ser presentada en el Museo de El Carmen, que hoy se inaugura.

Se trata de una colección de obras que se ha apreciado en galerías o pertenece a coleccionistas privados. Es la primera vez que un público más amplio podrá acercarse a ellas (La Jornada, 23/07/13).

Además de gestionar fondos, se propuso la muestra al director del museo ubicado en San Ángel, Alfredo Marín, en el cual los propios trabajadores tienen la oportunidad de presentar proyectos.

Experiencia en El Tajín, Veracruz

Otras actividades promovidas por la asociación son recorridos culturales, senderismo y talleres para diferentes públicos en espacios comunitarios y escolares, cuya temática es dar a conocer el significado e importancia del patrimonio cultural, explica la etnohistoriadora Claudia Leyva, una de las coordinadoras del grupo.

Trabajamos muchos años en Tajín, Veracruz, sobre todo a raíz del conflicto que se dio por el inicio de las actividades de la llamada Cumbre Tajín que creó el ex gobernador Miguel Alemán, durante la anterior gestión de Teresa Franco al frente del INAH, añade.

Claudia Leyva, etnohistoriadora y una de las coordinadoras de la asociación civil Conservación Social del Patrimonio Cultural, con una de las muñeca que confeccionan artesanas de la comunidad El Tajín, estado de VeracruzFoto Mónica Mateos

Apabullante comercialización

Claudia Leyva resalta que las comunidades en torno a una de las zonas arqueológicas más importantes de Veracruz “están aún hoy al margen de los beneficios de esos actos comerciales privados. Durante mucho tiempo intentamos dotar a las personas de herramientas para que pudieran autogenerar y autosustentar sus propios proyectos, por ejemplo, con la impartición de talleres de producción de artesanías.

“Para los niños dimos clases de expresión y poesía en sus lenguas originarias, principalmente el totonaca. Concluimos nuestro trabajo en 2007, desgastados y desilusionados, no por los resultados que obtuvimos con las comunidades, los cuales fueron magníficos, sino ante lo apabullante de la comercialización privada generada por los propios impulsores de Cumbre Tajín, tan denigrantemente folclórica, sin ninguna preocupación por el contexto cultural.

“La comunidad de Tajín sabe que los días que se lleva a cabo ese acto en el ahora llamado ‘parque temático’ va a tener basura y ruido. Esa es la política cultural que se empezó a impulsar en el sexenio salinista, lo cual ha llevado a una degradación de nuestro instituto.

El problema no es que participe la iniciativa privada en los proyectos de entretenimiento turísticos en torno a nuestro patrimonio, sino que fomentan que se pierda el sentido social y público.

Entre los proyectos de Conservación Social del Patrimonio Cultural, AC está la difusión del trabajo de varios de sus compañeros investigadores (arqueólogos, restauradores, arquitectos, antropólogos), a través de una página en Internet y de publicaciones periódicas, pues hay trabajos muy importantes que sólo se conocen en nuestro ámbito y no por malas intenciones. Estructural y presupuestalmente el INAH a veces no se da abasto, pero la propia ley orgánica prevé que la sociedad civil colabore en este aspecto. También seguiremos acompañando a las comunidades en su defensa del patrimonio nacional, concluyó Leyva.