Cultura
Ver día anteriorSábado 3 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Montan ocho exposiciones para conmemorar los 50 años del museo del pintor-músico

Un verano para Matisse, en Niza
Foto
De la serie Jazz, la obra Desnudo de pie con los brazos levantados, 1947, 73 x 100 cm, de Henri Matisse (1869-1954), perteneciente a una colección privada. Imagen incluida en el portal electrónico oficial del artista francés
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de agosto de 2013, p. 3

Niza, 2 de agosto.

Cuando supe que todas las mañanas vería esta luz, no podía creer mi suerte. Decidí no marcharme jamás de Niza. Pasé allí casi toda mi vida, dijo en cierta ocasión Henri Matisse. El pintor y escultor creó gran parte de su obra en esta ciudad del sur de Francia.

Unos nueve años después de la muerte en 1954 de este pionero del fauvismo se abrió allí el museo Matisse y para el 50 aniversario de la suntuosa mansión en la parte alta de la ciudad, que alberga una de las colecciones más importantes del artista, Niza celebra Un été pour Matisse (Un verano para Matisse) con ocho exposiciones que muestran su legado, influencia y universo.

Matisse: la Musique à l’oeuvre lleva por título la muestra de su museo. De no haber sido pintor, Matisse habría sido músico. Al igual que Ingres, Matisse era un apasionado violinista. El instrumento aparece a menudo en sus obras, tal como ilustra la exposición.

En Niza pintó en 1918 Violinista en la ventana. En esta obra, el que toca es su hijo Pierre tras regresar de la guerra.

Para Matisse el pincel era como la batuta de un director de orquesta que buscaba la armonía con la tonalidad y el sonido perfecto en el conjunto del cuadro. La tristeza del rey, 1952, expone esa orquestación: se trata de una apoteosis de su arte en el que la música, la escultura y la danza se celebran a lo grande. La obra muestra la silueta de David, quien entretiene al rey Saúl.

Este cuadro de gran formato es un préstamo del museo de arte moderno Centro Pompidou, de París, y encabeza la exposición que reúne unas 220 obras y concluirá el 23 de septiembre.

Predilección por el jazz

Les années Jazz, en el Palais Lascaris, recuerda que Matisse no sentía debilidad sólo por la música clásica, sino que mientras pintaba escuchaba radio y sobre todo jazz. En la exposición se muestran los esbozos de Jazz, uno de los libros de arte más importante del siglo XX.

Cuando el artista comenzó el libro publicado en 1947, con 20 ilustraciones así como textos, tenía más de 70 años, padecía cáncer de duodeno y había sufrido dos embolias pulmonares.

Matisse se olvida aquí de su sufrimiento y de la guerra y expresa todo su arte, dijo Sylvie Lecat, la directora de este imponente museo barroco ubicado en el centro histórico de Niza.

Las imágenes en fuertes colores gouache muestran a payasos, acróbatas y artistas ecuestres, cuyo ritmo e improvisación entroncan con el estilo del jazz. La exposición Bonjour Monsieur Matisse!, en el Museo de Arte Moderno y Arte Contemporáneo, hace patente la influencia de Matisse en artistas como Tom Wesselmann, Roy Lichtenstein, Andy Warhol, Niki de Saint Phalle y Jean-Michel Basquiat.

Gustave Moreau: el maestro de Matisse, en el Museo de las Bellas Artes, ilustra cómo Moreau (1826-1898) inspiró a Matisse. Allí se exponen 48 obras del artista simbolista con quien Matisse tomaba clases todos los miércoles y sábados entre 1893 y 1898.

Un été pour Matisse: más de ocho exposiciones y más de 700 obras. La calidad de las muestras varía. Sin embargo, los visitantes en los diferentes recintos pueden formarse una idea general del artista para el que pintar era un placer de los sentidos.