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Con el índice predictivo se reducirían en 90% las complicaciones, dice García Morales

Desarrolla médico modelo para prever anestesias difíciles en niños

Consiste en evaluar la distancia entre el hueso más prominente del mentón y la escotadura de la tiroides, y en un cálculo como el que se usa para sacar el área de la superficie corporal

El método se publicará en Revista del Hospital de Pediatría del Seguro Social, que tramita su difusión internacional

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Las complicaciones por la mala utilización de anestesia general se presentan hasta en 13 por ciento de los bebés sometidos a operaciones quirúrgicas, el mayor reto en la práctica clínica, según el anestesiólogo pediátrico Alejandro García Morales, en la imagen
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de agosto de 2013, p. 2

Las complicaciones por la mala o deficiente utilización de anestesia general se presentan hasta en 13 por ciento de los bebés que deben ser sometidos a operaciones quirúrgicas. Una parte puede surgir por falta de pericia del médico anestesiólogo, pero otra, importante, común en hospitales de alta especialidad, es resultado de las condiciones físicas de los pacientes, principalmente aquellos que pesan menos de 10 kilogramos (menores de 1.5 años de edad) y pueden ser de difícil manejo para el especialista.

Alejandro García Morales, anestesiólogo pediatra en el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) explicó que este tipo de problemas han sido el mayor reto en la práctica clínica, sobre todo porque no existía un indicador que permitiera a los médicos anticipar las complicaciones.

Durante los pasados 10 años, García Morales se ha dedicado al estudio, observación y análisis de más de mil bebés con un peso corporal desde menos de uno y hasta 10 kilogramos en los diferentes servicios que presta el hospital. Eso y estudios de epidemiología le permitieron desarrollar una técnica para predecir los casos de intubación difícil e inesperada que presentan algunos bebés.

En entrevista, el experto comentó que casi siempre, los anestesiólogos llegan al quirófano sin saber lo que van a enfrentar con cada paciente pero, si en todos los casos se hiciera una evaluación con base en la distancia que hay entre el hueso más prominente del mentón (pogonión) y la escotadura de la tiroides (en el cuello), y la aplicación de una fórmula similar a la que se usa en medicina para la obtención del área de la superficie corporal, es posible predecir si el procedimiento de anestesia se realizará con facilidad o presentará complicaciones.

En el caso de niños que tienen un peso de cinco kilogramos, por ejemplo, la distancia entre el mentón y la escotadura de la tiroides debe ser de 2.5 centímetros, pero si en el paciente a operar, esta medición resulta ser menor en 0.5 centímetros se anticipa que habrá una dificultad leve para aplicar la anestesia. Si la diferencia es de uno a 1.5 centímetros, el procedimiento será muy difícil o de plano no se podrá intubar con la técnica tradicional.

Cuando se trata de pacientes más pequeños, como uno de tres meses de edad, sólo respira por la nariz y, si su peso es de tres kilogramos, el diámetro de su traquea es de alrededor de tres milímetros. En estas condiciones es fácil anticipar la dificultad del procedimiento de anestesia. El índice predictivo de García Morales se aplica para cada paciente de acuerdo con sus características.

Si el médico tiene esta información antes de entrar al quirófano, explicó, puede asegurarse de que tendrá los insumos necesarios –adicionales– para facilitar su trabajo, en específico un médico endoscopista que con su equipo –de menor tamaño que el de anestesia convencional– realice el procedimiento sin complicaciones.

Comentó que una intubación difícil se presenta cuando entre dos o más expertos en anestesia intentan más de tres veces y durante más de 10 minutos introducir por la cavidad oral el tubo endotraqueal, y después, si aún cuando esto se ha logrado, resulta imposible mantener una adecuada oxigenación del paciente.

Las consecuencias suelen ser los daños neurológicos irreversibles en la mayoría de los casos y en algunos otros la muerte.

Los resultados del trabajo

El índice predictivo para prevenir una intubación difícil e inesperada en el paciente pediátrico quirúrgico de uno a 10 kilogramos se publicarán en la Revista del Hospital de Pediatría del Seguro Social, y el investigador ya realiza los trámites para someterlos también a una publicación internacional. También se presentó en un congreso internacional de pediatría.

Además, el procedimiento está siendo sujeto de revisión análisis por los comités de ética y de investigación del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, con la finalidad de autorizar su uso rutinario en los pacientes quirúrgicos.

García Morales aseguró que con el uso del índice predictivo se reduciría 90 por ciento de las complicaciones de la anestesia.

Y es que, dijo, ninguno de los medicamentos que se usan en la anestesia sirve para curar, pero sí pueden ser causa de muerte de los pacientes, pues son depresores del corazón y relajantes musculares; tienen la finalidad de lograr la relajación de la persona a tal grado que puede dejar de respirar.

El arte de la medicina, agregó, consiste en lograr el efecto de anestesia –pérdida de la conciencia de la persona– y al mismo tiempo asegurar que en la cirugía y durante el tiempo que ésta dure, el paciente se mantendrá en condiciones estables en su presión arterial, frecuencia cardiaca y el resto de sus signos vitales.