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Se hizo famoso por denunciar la corrupción del entorno más cercano a Vladimir Putin

Rusia: sentencian a cinco años de prisión al dirigente opositor Aleksei Navalny

Seguidores del también candidato a alcalde de Moscú, reprimidos al protestar por la condena

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Policías antidisturbios detuvieron a decenas de partidarios del dirigente, acusado de robo de maderaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 19 de julio de 2013, p. 31

Moscú, 18 de julio.

El Kremlin tiene un problema y éste se llama Aleksei Navalny, uno de los líderes de la oposición extraparlamentaria y candidato a la alcaldía de Moscú, condenado este jueves a cinco años de cárcel y a pagar una multa de 500 mil rublos (unos 15 mil dólares) por un supuesto robo de madera hace cuatro años.

Seguidores de Navalny se dieron cita esta noche en la plaza del Manezh (la antigua caballeriza de los zares), en el centro de Moscú, cerca de las murallas del Kremlin, con el fin de protestar contra esta condena que califican de injusta.

No asistieron todos –10 mil, según los convocantes–, pero sí quienes no temieron sufrir la represión anunciada, tomando en cuenta que las autoridades prohibieron las protestas y desplegaron un impresionante dispositivo de seguridad con elementos de la policía y unidades antidisturbios.

Hubo, por supuesto, forcejeos, golpes y decenas de detenidos, el saldo habitual en las manifestaciones de la oposición política en Rusia.

Navalny, bloguero de 37 años, se hizo famoso por denunciar la corrupción en las grandes corporaciones públicas y en el entorno más cercano del presidente Vladimir Putin, y encabezó las manifestaciones más concurridas de los últimos años contra el fraude electoral que, de acuerdo con las denuncias de los adversarios del Kremlin, ocurrió tanto en las legislativas como en las presidenciales más recientes.

Así, había que desprestigiarlo, destruirlo como político que podría disputar la presidencia a Putin en 2018, y la procuraduría recibió instrucciones de la Oficina de la Presidencia de achacarle algún delito y condenarlo, para poder inhabilitarlo como candidato a cualquier cargo de elección popular.

Y esa farsa judicial, como la denominan sus compañeros de trinchera política, concluyó este jueves en la ciudad de Kirov, a unos 900 kilómetros de la capital rusa, al leer el juez Serguei Blinov la sentencia que condena a Navalny por malversación de fondos organizada y robo de propiedad ajena en cantidad especialmente elevada.

Para el fiscal es claro que Navalny aconsejó a Viacheslav Opaliov, director de la empresa maderera Kirovlies, firmar un contrato fraudulento con su amigo Piotr Ofitserov, ex director de la compañía maderera de Viatsk, a quien el juez también condenó hoy a cuatro años de cárcel, para repartir el dinero entre los tres.

La estafa consiste, según la procuraduría, en que hubiese sido mejor vender la madera de manera directa y no a través de un intermediario, pero en realidad la operación no se llevó a cabo por falta de madera y Kirovlies repuso 15 millones de rublos (452 mil dólares) de la pretendida pérdida del Estado y el restante millón (más o menos 30 mil dólares) se fue en gastos de operación y, en todo caso, podría considerarse el quebranto por parte de la empresa de Opaliov.

Confirmaron lo anterior 35 testigos, tanto de cargo como descargo, interrogados durante el juicio y ni siquiera se permitió escuchar a la mayoría de los testigos llamados a declarar por Navalny.

Sin embargo, valió más el testimonio de Opaliov, quien meses antes se declaró culpable y aceptó colaborar con la justicia, lo único que pudo presentar la procuraduría para incriminar a Navalny y Ofitserov.

No sobra recordar que Opaliov, tras ser juzgado y condenado a cuatro años de cárcel, quedó en libertad condicional.

Los observadores coinciden en que se trató de un juicio con una fuerte motivación política: la obsesión del Kremlin de condenar a Navalny para impedir que pueda presentarse de por vida como candidato a cualquier cargo de elección.

Pero aún no se sabe si podrá participar o no como aspirante a la alcaldía de Moscú, en la votación del 8 de septiembre, debido a que la condena de hoy no es firme y sus abogados cuentan con 10 días para presentar una apelación en la siguiente instancia, quedando todavía varias.

Al interpretar la línea que recibió de Moscú, el juez Blinov ordenó la inmediata detención en la sala de Navalny y Ofitserov, con lo cual violó la ley que él debería hacer respetar.

La propia procuraduría general de Rusia presentó esta noche una recurso para enmendar el error y permitir a los imputados disfrutar de libertad bajo fianza hasta que la condena sea definitiva e inapelable.

Con este repentino cambio de actitud, es probable que Navalny y Ofitserov queden este viernes en libertad provisional.

Se desconoce si el recurso de la procuraduría obedece a la intención de influyentes miembros del entorno presidencial que quieren que Navalny sufra una gran derrota en las urnas –con los mismos métodos que aseguraron los triunfos oficialistas más recientes–, para después de agotar las instancias legales, hacer efectiva la condena y encerrar a Navalny durante cinco años por un delito que él asegura no haber cometido.