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Acoso escolar, signo de crisis en instituciones
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de julio de 2013, p. 16

El asesinato de dos jóvenes por órdenes de un compañero suyo a quien sometían a acoso escolar (bullying) da cuenta de una profunda crisis en las instituciones del Estado, como son la escuela y la familia, así como de una inversión en los valores para la juventud, que ahora privilegia la riqueza y el éxito inmediato, enganchados en el espejismo que les ofrece el narco, advirtieron investigadores universitarios especialistas en el tema.

Hace unos días se dio a conocer que dos adolescentes fueron asesinados por ejercer acoso escolar contra un hijo del narco José Ángel Carrasco Coronel, supuesto sucesor de Ignacio Nacho Coronel.

Los menores fueron citados en una plaza comercial de Zapopan, Jalisco, con el ofrecimiento de darles trabajo en un grupo delincuencial, de donde los llevaron a una finca dentro del bosque La Primavera, en que fueron ultimados.

Lo sucedido es muestra de una espiral de violencia extraordinaria, que una vez desatada es muy difícil de echar atrás, alertó José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM.

El narcotráfico como cultura, dijo, ya está metido en las entrañas de muchas de nuestras instituciones. Aunado a ello, hay un deseo de triunfo inmediato que cada vez se mete más en las expectativas de los muchachos.

“Los valores tradicionales de escuela, familia, respeto y justicia se van desmoronando y a cambio se producen nuevos valores que no están muy claros pero que empiezan a permear, como pensar que ‘más vale vivir un día como rey y no mil como buey’, según dicen los propios jóvenes”, advirtió.

Triunfo de los antivalores

Por su parte, Édgar Morín, académico de la UNAM, comentó que estamos ante el triunfo de los antivalores y eso refleja la enorme crisis de las instituciones del Estado, particularmente dos que son claves: la familia y la escuela.

Dicha inversión de valores, explicó, es promovida por una figura imaginaria de lo que es el narco, pues finalmente van a tener un papel subalterno en el crimen organizado. Los jóvenes son los últimos eslabones, los desechables.

El caso de los jóvenes asesinados, indicó, también deja ver que ante la falla de los mecanismos de contención del Estado mexicano, éstos son sustituidos por la familia, que se encarga de hacer justicia.

Los especialistas alertaron sobre el riesgo de que la respuesta institucional sea, como es habitual, endurecer los castigos hacia ese sector o la difusión de programas que, en aras de su propio bien, violan sus derechos, como revisar sus pertenencias.