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El sistema judicial sufrió un daño estructural, indican abogados

La liberación de militares confirma que se sigue actuando por presiones políticas
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Los testigos protegidos, el arraigo, el ofrecimiento de recompensas y las denuncias anónimas vulneran la presunción de inocencia y el debido proceso, consideran especialistas. En imagen de archivo, policías federales arriban a Nuevo León durante la guerra contra el narco emprendida el sexenio pasadoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de julio de 2013, p. 13

La liberación de cinco militares de alto rango que fueron acusados de colaborar con el crimen organizado por las autoridades del sexenio anterior es una prueba más de que el sistema judicial de país sigue actuando por presiones de grupos políticos, lo que impide conocer la verdad histórica de los casos, señalaron activistas especializados en temas legales.

Jesús Robles Maloof, miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), afirmó que el esquema nacional de procuración de justicia ha sufrido un daño estructural por herramientas del derecho penal enemigo que vulneran la presunción de inocencia y el debido proceso, como los testigos protegidos, el arraigo, el ofrecimiento de recompensas y las denuncias anónimas.

En el caso de los militares pudo haber alguna evidencia (de delitos), pero nunca vamos a saber la verdad de lo que ocurrió porque no ha habido una profesionalización de la justicia. Nunca sabremos si los generales estuvieron o no inmiscuidos, porque no se siguieron los cauces adecuados para averiguarlo, indicó.

Además de los errores y vicios del sistema judicial mexicano, existe un doble rasero que beneficia a quienes tienen vínculos con grupos de poder y perjudica a los luchadores sociales, como demuestra el caso del profesor tzotzil Alberto Patishtán, quien lleva 13 años preso, aunque hay evidencia acumulada de su inocencia.

Carla Michel Salas, también integrante de la ANAD, consideró que el proceso judicial en contra de los cinco militares que hoy están libres siempre tuvo claros tintes políticos para evitar que al menos uno de ellos –Tomás Ángeles Dauahare– pudiera aspirar a ser titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.

La anterior administración y la actual funcionan de la misma manera. Los ministerios públicos acusan mecánicamente y los jueces tienen procesadas a las personas durante meses sin tener ninguna prueba. Es un sistema que no funciona ni para las víctimas ni para los acusados y que sigue manteniendo un nivel de impunidad de 98.5 por ciento, deploró.

Esta dinámica se encuentra tan arraigada, subrayó la litigante, que entre las autoridades judiciales sigue diciéndose en tono de broma que una acusación es como un vaso de agua: no se le niega a nadie, lo que lleva a muchas personas inocentes a la cárcel.

Primero te procesan y te meten en el reclusorio y luego averiguan si eres culpable. Los que llegan a salir es gracias a la presión política. Sería interesante revisar muchos casos del sexenio anterior y nos daríamos cuenta de que muchas personas se encuentran en esta situación, manifestó.