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Desde Otras Ciudades

Fin del platillo misterio en París

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Los restaurantes de París enfrentarán un mayor control en sus menúsFoto Ap
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a ministra de Turismo del gobierno francés aceptó finalmente una exigencia inédita de diputados de centro-derecha y socialistas para terminar con la práctica del platillo misterio que sirven restaurantes de toda especialidad en Francia y, sobre todo, en la cosmopólita París.

Hartos los franceses de comer platillos industriales en restaurantes de precios accesibles y no tanto, algunos legisladores exigieron definir restaurante como lugar donde se prepara comida, pero aunque esta iniciativa no pasó, sí fue votada el jueves pasado una ley que convirtió en obligatorio lo que antes era opcional y se prestaba al engaño: poner en la carta, en la vitrina y en la publicidad la leyenda hecho en casa.

Esta curiosa obligatoriedad hará que, cuando esta mención no aparezca en una vitrina o un menú, cualquiera comprenda que el restaurante oriental, norafricano, eslavo, europeo, mexicano (sic) y latinoamericano, ya no se diga estadunidense e incluso los de comida francesa, ofrece comida industrial de su especialidad. Pues el sector alimentario con rúbricas de todo el mundo es floreciente en París, a pesar de las limitaciones de la homogeneidad que le dan los conservadores, colorantes y saborizantes químicos nunca confesados.

La nueva denominación hecho en casa se define como elaborado en casa con productos no procesados y anunciarlo sin ser verdad será considerado un fraude comercial y penalizado como tal, en las visitas regulares de inspectores incorruptibles.

Una nueva ley que pretende acabar con el platillo misterio –cuyo contenido y factura no se perciben– y que recoge también la reivindicación laboral de distinguir a un recalentador-armador de platillos de un verdadero restaurantero, como un avance del proyecto de reforma a la ley del consumo, en la que por una vez se va a inscribir una expresión popular: hecho en casa.

Yuriria Iturriaga