El peligro de votar
oy habrá elecciones locales en 14 estados. Las primeras en la época peñista pondrán a prueba la ilusión del carro completo y el vigor del Pacto por México suscrito por las burocracias de los tres partidos mayores, que ni siquiera representan a su propia militancia. Se puede pensar que los comicios serán aburridos y previsibles; sin embargo, merece comentarse el contraste entre la retórica oficial y la realidad: una especie de esquizofrenia progresiva, incurable y mortal.
El señor Peña ha hecho una declaración copiada literalmente de las que acostumbraban hacer los presidentes monarcas de la época de oro del PRI: “el gobierno garantizará… la equidad, legalidad y transparencia”. Es imposible dejar de imaginar en la voz engolada y la solemnidad el cinismo implícito del viejo régimen. Lean el añadido: será una fiesta democrática en que se demuestre la madurez y civilidad que hemos alcanzado
. Pero estamos en 2013, no en 1963. No estamos en el momento cumbre del crecimiento económico, ni gozamos de la estabilidad y la paz de antaño. En muchas regiones la población está en peligro y el gobierno parece ausente o cómplice de bandas organizadas de delincuentes. En las entidades en que habrá comicios se han recrudecido los secuestros y los asesinatos, y muchos observadores asocian esta incidencia delictiva con el intento de amedrentar a la gente. Es difícil hablar de madurez civil cuando el sistema judicial se ha derrumbado y cuando los gobernadores de varios estados son socios, cómplices, voluntarios o no, del crimen. Hay denuncias de amenazas, secuestros y asesinatos de candidatos o de integrantes de sus equipos de campaña. La impunidad es casi perfecta. La televisión hace eco de las palabras de Peña para hacer creer que las elecciones se darán en paz y serán transparentes y genuinas. Pero la gente está despertando.
Llama la atención la denuncia de Madero, presidente del PAN: acusa al gobierno de intentar la restauración y emplea palabras altisonantes que no estábamos acostumbrados a oír en labios de los recatados miembros de su partido. Relata cómo el candidato panista a regidor de Boca del Río, Carlos Valenzuela, fue secuestrado ante sus pequeños hijos, torturado y amenazado sin que nadie investigue. Pregunto por qué Madero no reconoce que fue una pendejada
(la expresión es de Madero, no mía) haber firmado el Pacto por México o no denunciarlo a pesar de ver cómo le salen las garras al dinosaurio
.
Estos graves hechos se dan en una atmósfera de angustia generalizada por la declinación de la economía, que se expresa en la caída del empleo formal y la carestía; el freno a la inversión pública y la reducción progresiva de la esperanza de mejoría. La gente repudia la política y a los políticos, y las elecciones son vistas no como fiesta, sino como una farsa costosa y absurda.
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