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En su primer libro, Eileen Truax explora la realidad de una población de excluidos

Los dreamers de Estados Unidos pugnan por salir de las sombras

Recoge las voces de 25 jóvenes inmigrantes involuntariamente indocumentados

Viven bajo la amenaza de la deportación a un país que abandonaron siendo niños, indica la periodista

Foto
Eileen Truax durante la entrevista con La JornadaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 4

Las voces de 25 jóvenes inmigrantes involuntariamente indocumentados –que llegaron antes de los 16 años de edad a Estados Unidos, por decisión de sus familias– son los protagonistas del libro Dreamers, el primer libro de la periodista mexicana Eileen Truax.

Truax, quien reside en Los Ángeles y es especialista en temas migratorios y fronterizos, se propuso escribir este volumen en julio de 2011 con la finalidad de mostrar a este sector desconocido de la población indocumentada –la mayoría procedente de México– en territorio estadunidense: los dreamers.

Hasta antes de publicar este libro, con el sello Océano –el cual fue presentado hace unos días en la Casa Refugio Citlaltépetl–, Truax era reportera del periódico La Opinión (el de mayor circulación en español en Estados Unidos) y a partir de su trabajo cotidiano comenzó a configurar esta serie de nueve crónicas basada en una pormenorizada investigación, la cual incluyó concertar, entrevistar, reunir y enlazar los testimonios de cerca de un centenar de adolescentes, hijos de inmigrantes indocumentados.

De todas las entrevistas realizadas, asevera la periodista freelance, sólo cerca de 25 son las protagonistas en esta obra, pero, sobre todo, sin Facebook no hubiera sido posible conseguir los contactos con todos los jóvenes que han formado una extensa red de activismo, la cual ha puesto en la mesa de debate nacional la reforma migratoria.

Sobre todas las historias que conocía en cuanto a temas migratorios, explica Truax a La Jornada, tuve la suerte de establecer contacto con la generación más joven de los inmigrantes, niños y adolescentes que traídos por sus padres se establecieron en Estados Unidos.

Con gran autoridad moral

Los dreamers, define la escritora, son chicos involuntariamente indocumentados, que carecen de un número de seguridad social y están privados de acceder a los apoyos para estudiar, así como para obtener un trabajo digno y hasta para viajar libremente o conducir un automóvil porque carecen de licencia para hacerlo.

Esta generación, puntualiza, vive bajo la sombra de la deportación a un país del que salieron siendo niños, el cual no recuerdan ni tienen un sentido de pertenencia y cuyo idioma no dominan.

De hecho, cuando alguien les dice a los jóvenes indocumentados regresa a tu país, esto es una idea abstracta, porque en realidad ellos no recuerdan o casi no recuerdan su lugar de origen.

Mi percepción, prosigue Eileen Truax, luego de concluir el libro es que los dreamers poseen una autoridad moral muy grande, porque se han esforzado, estudiado y graduado con honores hasta que, finalmente, descubren que no pueden lograr todo lo que han soñado debido a su condición migratoria.

Estos chicos, añade, a pesar de ser muy jóvenes, viven en situaciones muy hostiles, pero son valientes y han descubierto que el inminente peligro en que se encuentran puede ser menor si salen de las sombras.

Esto significa que “su condición no es para avergonzarse sino, por el contrario, es un signo de orgullo porque son depositarios del sacrificio de sus padres –quienes tuvieron que llegar a otro país en busca de mejores oportunidades– y este es el principal motor que los impulsa a luchar”.

Durante la charla, Truax detalló aspectos sobre los enormes esfuerzos de estos chicos en un solo día para estudiar, trabajar, conseguir comida, traslados y hasta para tener el tiempo de hacer la tarea.

“Qué responden cuando se les pregunta sobre su empeño por seguir estudiando aunque este reto les cueste tan caro: ‘quiero ser el primer graduado de la familia’, dicen, lo que refleja su principal motivación y las razones de su valentía”.

En el volumen, Eileen Truax abordó la temática sobre la iniciativa de ley llamada Dream Act (por Development, Relief and Education for Alien Minors, o Ley para el Desarrollo, Asistencia y Educación para Menores Migrantes) que involucra directamente a los dreamers.

En ella se ofrece una alentadora opción a los jóvenes porque podrían acceder a la regularización de su situación migratoria o al apoyo financiero para continuar estudios después de terminar la preparatoria.

Los dreamers en esta lucha, por la aprobación del Dream Act, se han organizado, generado estrategias y redes para salir de las sombras.

Esa iniciativa de ley enlista requisitos obligatorios para los dreamers, como: Haber llegado al país antes de los 16 años de edad, haber vivido por lo menos cinco en ese territorio, además de tener dos años de educación superior o dos años en la fuerza armada.

Estrategia y reforma migratoria

Entre las voces que retoma, Eileen Truax también describió diversas acciones de desobediencia civil que desarrollan los dreamers con la convicción de que sólo de esta forma podrán ser vistos, tomados en cuenta e incluidos, alguna vez, de manera legítima en la sociedad.

No obstante, indica la autora, ahora todos los jóvenes están enfocados en torno a la reforma migratoria, lo cual los obligó a cambiar de estrategia porque ésta sería beneficiosa no sólo para ellos, sino para todos los inmigrantes indocumentados.

Y el sentir generalizado de los chicos, lo ejemplificó Truax con el comentario vertido por uno de ellos en Facebook: Recibí un documento que había anhelado toda la vida, pero me siento como si estuviera con mi familia en medio de una nevada y yo soy el único que tiene cobija.

Con ese cambio de estrategia en torno a la reforma migratoria, ahora los dreamers buscan la cobija para toda la familia.