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Andanzas

De Estambul para México

D

esde Asia menor, en Ismir, en la región de Anatolia, hoy la moderna Turquía, hace unos mil 800 años antes de Cristo nació Homero, poeta extraordinario que recoge el mito y la leyenda del mundo antiguo sobre la bella Ilión o Troya, para plasmar durante todos los tiempos sus escrituras en la Ilíada y la Odisea, que harían perdurar los trágicos personajes de la historia de aquella ciudad del monte Ida, con su enorme muralla, portento del inicio de los tiempos de la cultura griega .

El coreógrafo y director turco, Mustafá Erdogan, con un equipo de toneladas de vestuario y un centenar de bailarines, diseñadores, músicos, técnicos, telones, escenografías y efectos especiales, ofrecieron al público mexicano del Auditorio Nacional, el 14 de junio pasado, un espectáculo inolvidable llamado Troya, leyenda de Anatolia, espectáculo de su tierra natal.

En dos actos con 13 escenas, el señor Erdogan nos cuenta la fabulosa historia de esta mítica ciudad y la leyenda de Paris y Helena, en un conjunto con lujo de energía, entrega y disciplina casi militar, que este tipo de agrupaciones de raíz folclórica ha utilizado desde los tiempos del legendario ballet folclórico ruso del señor Moisseyev, iniciador de la fórmula folclore escénico, donde las secuencias en fila, diagonales, círculos y sorprendentes entradas, prácticamente construyeron un nuevo tipo de danza espectacular basada en bailes, música y rituales de los pueblos del enorme territorio ruso, y que otros países han ido adoptando a lo largo del siglo pasado, incluso México, para mostrar de manera absolutamente teatral su tradición artística, en un espectáculo alegre, optimista y muy vistoso, siempre bienvenido entre el gran público.

Lo más interesante de este formidable espectáculo turco es el desarrollo de una narrativa dramática y dancística, con danzas tradicionales y sólida base en la técnica, sucediéndose en las diversas escenas del espectáculo, que fueron contando la historia del rapto de Helena, la conmovedora muerte de Héctor, amadísimo héroe de Troya, hijo de Príamo, rey de la célebre ciudad amurallada a manos del invulnerable Aquiles, hijo de la diosa Tetis, y capitán del ejército griego decidido a rescatar a Helena, raptada de su hogar por el troyano Paris, y saldar así, con una guerra sangrienta, la ofensa de este célebre rapto, evidente pretexto sin duda para conquistar Ilión o Troya, y hacerse de sus míticas riquezas, valiéndose del famoso engaño de un auténtico caballo de madera de ocho metros en escena.

De este modo, la compañía de danza Fire of Anatolia, originaria de Estambul, ciudad turca con un pie en el Medio Oriente y otro en Europa, da vida a 3 mil años de historia, no sólo con la delicia de sus fantásticas danzas folclóricas llenas de empuje, brillantez y belleza innegable, y la serie de vestuarios tocados y joyas, y del famoso lujo oriental, envueltos en la imponente música de flautas y tambores tradicionales de la región. Así, guerreros y doncellas voluptuosas parecen lograr un himno a la vida con la sensualidad de Oriente y la gallarda virilidad de los bailarines guerreros y gente del pueblo, con sus saltos prodigiosos y danzas sobre la punta de los dedos de los pies. Aquellas batallas que sacan chispas a espadas y mandoble, todo, en un bordado sin demoras ni atorones, se va sucediendo en cada etapa de la historia de Troya y su famosa guerra y trágica caída. Van los cambios rapidísimos de vestuario: tocados, calzado, joyas, mantos y utilería sin fin, que denota la habilidad lograda por un entrenamiento a más profesional, evidentemente basado en una fuerte disciplina técnica de la danza clásica, lo que, aunado al virtuosismo tradicional y competitivo de la gente del pueblo en las danzas folclóricas, estructuran un espectáculo bello, poderoso e ilustrativo de una mítica realidad. La guerra, las invasiones, la destrucción de pueblos y ciudades convertidas en escombros, devoradas por el fuego, con sus pretextos y armamentos bélicos, como sucede siempre y hasta el momento, según Erdogan, que parece ser el mismo destino del hombre desde hace 3 mil años.

Mustafa Erdogan y la compañía Fuego de Anatolia, blandiendo la pasión de su origen, su campo histórico, técnica y sólida escuela, han sabido enriquecer el consabido espectáculo folclórico con sus raíces, en un diseño y lenguaje ilustrador y casi didáctico para quienes aman la historia y la vida palpitante de la tradición, mezcla que guardando el equilibrio adecuado entre el corte coreográfico típico del espectáculo folclórico y la introducción de la historia y el drama narrativo escénico, resulta de gran riqueza e interés para todo el publico. No en balde la compañía ha recorrido el mundo y sigue viajando.

Fuego de Anatolia, la masacre de Troya, la destrucción de las culturas, un ballet con ideas, sin retórica, ni trucos escénicos. Espectáculo genuino que tiene todo, historia pasión y energía vital arrolladora.