Economía
Ver día anteriorMartes 25 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Temporal, la volatilidad financiera que afecta a Latinoamérica, considera

Hay una nueva fase de la crisis, que obliga a hacer reformas: Santander

Si quitamos la visión a corto plazo, México es un país tremendamente competitivo

Enviado
Periódico La Jornada
Martes 25 de junio de 2013, p. 20

Madrid, 24 de junio.

La crisis financiera que se inició hace cinco años entró en una nueva fase que obliga a naciones como México a realizar reformas para reforzar sus motores internos. Reformas en el terreno financiero, energético y fiscal van a aumentar el potencial de crecimiento de la economía mexicana, aseguró Alejandra Kindelán, directora del servicio de estudios del grupo Santander. El país, como otros de Latinoamérica, enfrentó en días recientes una sacudida en su mercado financiero, producto de una reversión en los flujos de capital –que se expresó en caídas en el precio de las acciones en la bolsa y devaluación del peso– que para la especialista será de carácter temporal y no modifica las condiciones que han atraído inversión extranjera.

El anuncio, la semana pasada, de que Estados Unidos puede comenzar a retirar las inyecciones de capital a su sector financiero, una de las medidas adoptadas por el banco central de esa país para hacer frente a la crisis, produjo mucha volatilidad en los mercados financieros de países como México, pero la situación tenderá a estabilizarse, apuntó Alejandra Kindelán en una reunión con periodistas latinoamericanos, en la sede del grupo Santander.

Si quitamos la visión a corto plazo, México sigue siendo un país tremendamente competitivo, expuso, en el mismo encuentro, José Antonio Álvarez, director general financiero del grupo Santander. El atractivo para la inversión en México no cambia si Estados Unidos sube las tasas; eso puede mover el capital financiero, que cambie de destino, pero no cambia las bases de la economía mexicana, agregó.

La semana pasada, el peso se devaluó 5 por ciento, la mayor depreciación entre las monedas de los países en desarrollo.

En días recientes, los mercados financieros en Asia y a ambos lados del Atlántico sufrieron retrocesos después de que analistas y gestores de fondos de inversión interpretaron que la Reserva Federal (banco central) de Estados Unidos podría comenzar a reducir las inyecciones de liquidez al sistema financiero de ese país mediante la compra de bonos, una medida de estímulo económico iniciada después de la crisis que ha reducido a sus mínimos las tasas de interés en ese país. La caída en los réditos, que también ha ocurrido en Europa, movilizó grandes flujos de capital de corto plazo a países en desarrollo que, como México, ofrecen rendimientos más altos.

La participación de inversionistas extranjeros como poseedores de bonos de deuda gubernamental en el mercado financiero se multiplicó por 10 desde finales de 2008 –cuando inició la crisis financiera– hasta llegar a cerca de 200 mil millones de dólares actualmente.

En mayo pasado, comenzó a observarse una disminución en el ingreso de recursos a la compra de bonos gubernamentales al mercado mexicano. El mes pasado, inversionistas extranjeros adquirieron Bonos M –emitidos por el gobierno mexicano– por 3 mil 783 millones de pesos, cuando un mes antes el ingreso de recursos al país por esa vía alcanzó 49 mil 364 millones de pesos, de acuerdo con datos oficiales reportados el fin de semana pasado.

Cambio de expectativas

Para los directivos de Santander, la reversión en los flujos de capital desde los países avanzados hacia las naciones en desarrollo tendrá un efecto temporal sobre los sistemas financieros de países como México, sin que se alteren las razones que han movilizado capitales hacia Latinoamérica.

Hay un cambio de expectativas después de los anuncios de la semana pasada de la Reserva Federal estadundiense, explicó Alejandra Kindelán, al inicio de la décimo segunda edición del Encuentro Santander-América Latina, organizado por el grupo financiero, uno de los principales proveedores de servicios bancarios en México.

Han producido mucha volatilidad esos anuncios (de la Reserva Federal), pero tenderá a remitir, a estabilizarse, es un cambio de expectativas, apuntó. Las políticas de los bancos centrales de los países avanzados, donde se generó la crisis actual, hicieron que hubiera mucha liquidez en el mundo y el cambio de expectativas igual hace que los agentes empiecen a recomponer sus portafolios, agregó.

Los movimientos de días pasados –que se siguieron manifestando al inicio de esta semana– no pensamos que van a ser estructurales, expuso.

Latinoamérica tiene mucho que ofrecer, las tasas de interés en Estados Unidos y Europa (el factor que puede determinar un cambio en la tendencia de los flujos de capital) van a tardar en subir. Latinoamérica tiene mucha capacidad de atracción de capital. En la medida en que busquen un crecimiento endógeno y que avancen en las reformas, seguirán atrayendo recursos, como economías estables que se han confirmado durante esta crisis, apuntó Kindelán.

En adelante, las condiciones que han favorecido las tasas de crecimiento en América Latina, como abundante liquidez internacional, altos precios de materias primas y un fuerte consumo de China –situación que en particular ha beneficiado a las naciones sudamericanas más que a México–, requerirán de reformas para reforzar el crecimiento endógeno, apuntó.

En particular se refirió, en el caso mexicano, a reformas en el sistema financiero, actualmente en curso, así como en los campos de la energía y el fiscal.

Elevar el potencial de crecimiento va a requerir más inversiones en infraestructura, en capital, mejorar los niveles de ahorro, que actualmente están en torno a 20 por ciento del producto interno bruto. De ahí la importancia de reformas como la que se discute en México de impulsar al sistema financiero. Otras cambios para lograr un crecimiento endógeno son en el terreno fiscal, para mejorar los ingresos públicos, ampliar el Estado de bienestar, una reforma energética para atraer inversión y en el terreno laboral para reducir la informalidad, concluyó Kindelán.