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SIN, de Mario de Vega, puede causar mareos y alucinaciones en el espectador, advierten

Por segunda vez, Laboratorio Arte Alameda monta muestra con riesgo para el público

En 2010, con la exposición Zee, de Kurt Hentschläger, hubo probabilidad de ataques de epilepsia

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Aspecto de la exposición SIN, que hoy se inaugura a las 20 horas en el recinto de la calle Doctor Mora 9, Centro Histórico. Las bocinas emiten sonidos de ultrafrecuencia dañinos para la saludFoto Cortesía Laboratorio Arte Alameda
 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de junio de 2013, p. 4

El Laboratorio Arte Alameda (LAA), por segunda vez, presenta una exposición con riesgo físico para el visitante.

En Zee, del austriaco Kurt Hentschläger, montada en 2010, había posibilidad de un ataque epiléptico, mientras en SIN, de Mario de Vega, quien explora la percepción acústica y el efecto vibratorio sobre el cuerpo, el malestar puede traducirse en mareos, dolor de cabeza para personas que sufren migraña, incluso alucinaciones.

Como se hizo con Zee, el visitante antes de entrar al recinto –la taquilla estará en el atrio de la otrora iglesia de San Diego– debe firmar una carta responsiva en la que manifiesta haber “leído y entendido el texto de SIN”, además no sufrir de trastornos o enfermedades, como presión arterial anormal (alta o baja), migraña o dolores de cabeza, intervenciones quirúgicas recientes, problemas de corazón –que traiga marcapasos–, hipersensibilidad y ansiedad.

La carta, redactada con la colaboración de protección civil del Instituto Nacional de Bellas Artes, finalmente es parte de la exhibición que hoy será inaugurada a las 20 horas en Dr. Mora 7, Centro, expresa Tania Aedo, directora de LAA. Junto con ese documento el visitante recibirá un plano de las piezas y de qué manera vulneran su seguridad.

Acceso restringido

Mario de Vega (1979) agregó a la lista la advertencia a mujeres embarazadas y niños. A estos últimos no se les permitirá el acceso a la capilla de Dolores, donde cuelga una cerca electrificada de alto voltaje (7 mil 500 vatios), sitio que contará con letreros de peligro, aparte de una línea fosforescente en el suelo. Si el visitante se acerca demasiado sonará una alarma.

SIN (pecado o falta de...), curada por Carsten Seiffarth, se inició el 12 de diciembre de 2012 en la galería Meienblau, en Berlín, Alemania, en la que De Vega instaló un sistema de sonido de 5x5 metros, con una potencia altísima y una sonoridad muy suave, con posibilidades de producir un ruido ensordecedor a la manera de amenaza latente.

En LAA se trata de seis intervenciones para sitio específico, que forman una unidad. Aparte de la pieza mencionada, también comprende una que trabaja con frecuencia infrasónica (no audible), otra que funciona con las cualidades de resonancia del edificio, otra que utiliza consumo eléctrico de 12 mil vatios; luego, una campana fundida ex profeso, colocada afuera del recinto que, terminada la exhibición, será enterrada sin que haya sonado nunca. El badajo se exhibirá por separado.

SIN se divide en dos secciones de manera que si el visitante no desea entrar a la parte central, puede acudir a una sala montada de modo retrospectivo, a cargo de Michel Blancsubé, que incluye objetos, documentación de intervenciones en espacio público, ediciones y resultados escultóricos de De Vega.

Es tal la preocupación del artista mexicano, radicado en Alemania, por el bienestar de las personas que desde un principio planteó que ni siquiera hubiera un custodio en el recinto, ya que, dijo en rueda de prensa, no puedo exponer a alguien en su jornada laboral a este tipo de frecuencias. Se decidió que los custodios harán rondas por determinado tiempo acompañando a los visitantes. Luego, permanecerán afuera o en un lugar cómodo, informó Tania Aedo. También estará restringida la entrada, pero eso dependerá del tránsito de los visitantes.

De formación autodidacta –no terminó sus estudios de lingüística–, De Vega ha tenido una larga trayectoria en las prácticas sonoras, en las que el sonido es el vehículo más relevante de la producción, indicó Aedo. La funcionaria aseguró que hay hipótesis solamente sobre lo que nos puede suceder al estar expuestos a este tipo de frecuencias.

Dentro, el recinto luce vacío. Incluso se removió la puerta de cristal que dividía el sotocoro de la nave mayor. Para De Vega lo más importante es trabajar con las cualidades acústicas del recinto por ser una iglesia. Luego, utilizar el espacio visualmente vacío como un primer elemento de reflexión. Hay una serie de dispositivos electrónicos que desarrollamos principalmente para cubrir las necesidades de la intervención, pero lo más importante para mí es que la exhibición como tal carece de referentes visuales.