Cerca de 4 mil kilos de equipaje, incluidas 40 maletas del ajuar personal del presidente de China, Xi Jinping, y su esposa, Peng Liyuan, además de varias cajas con latas que contenían algo parecido a fideos, fueron parte de la carga que tres camiones llevaron ayer de vuelta al avión de Air China, un Boeing 747, al concluir la visita de Estado del mandatario asiático a México.

Desde el arribo de la aeronave al hangar presidencial el pasado martes, llamó la atención la presencia en ese lugar de esos camiones, que en conjunto tienen una capacidad de 130 metros cúbicos y entre los tres pueden cargar de 12 a 15 toneladas, junto a una docena de camionetas blancas en las que se trasladó una parte de los 100 empresarios chinos que acompañaron en esta visita al presidente Xi Jinping, además de la comitiva del mandatario y los periodistas que cubren sus actividades.

Latas con fideos

“Son un chorro de maletas, de las más grandes”, afirmó el conductor de uno de los camiones, extendiendo los brazos un poco que el ancho de sus hombros.

Una parte de las maletas del presidente y su esposa las trajimos en uno de los camiones, comentaron los trabajadores de la empresa de mudanzas.

La otra parte, en otra camioneta, para que no les cayeran otras encima, precisaron, mientras aguardaban a un costado del hotel ubicado en avenida Chapultepec 204 la orden para volver a cargar las casi cuatro toneladas de equipaje para dirigirse de vuelta al hangar presidencial.

Además trajeron su comida, ¿eh?, terció otro operador.

–¿Y eso cómo lo sabe?

–Es que al subir el equipaje ayer en el hangar presidencial vimos que había varias cajas con un montón de latas con fideos, como los de Maruchan”, afirmó con toda seriedad, dejando ver la molestia que le produjo la pregunta. Yo las traía en el camión, remató aún más serio.

Alrededor del hotel en que se hospedó el presidente Xi Jinping, su esposa, empresarios, periodistas y personal del gobierno asiático, elementos del Ejército y de corporaciones policiacas mantuvieron un cerco que impedía el acceso por Chapultepec.

Nadie con rasgos latinos podía pasar, salvo aquellos que trabajaran en la zona, previa identificación documental y verificación policiaca.

La valla se abrió poco antes del mediodía para dejar pasar un convoy, cuyo auto principal tenía vidrios polarizados. Más tarde se dijo que se trataba de la señora Peng Liyuan, quien se dirigía a los estudios de Televisa en el sur de la ciudad.