Opinión
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México SA

Nubarrón y apanique

Más lenta de lo normal

¿Catarrito en ciernes?

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El Agüita, en San Andrés de la Cañada, estado de México, sólo unos de los múltiples ejemplos de que la pobreza afecta a amplios sectores de la poblaciónFoto José Carlo González
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nte el nubarrón económico que se avecina –si no es que ya está aquí–, lo peor que puede pasar es que el gobierno en turno se apanique (Fox dixit) y, en consecuencia, finja estar en una plácida cuan soleada playa caribeña, es decir, tal cual actuaron las dos administraciones panistas –especialmente la de Felipe Calderón–, las cuales decían ver rosa lo negro y maravillosa lo espeluznante (el resultado del catarrito es por todos).

La de por sí lenta economía nacional se ralentiza aún más, crece el desempleo, la generación de empleo formal es prácticamente nula, caen las ventas internas y las externas descienden, mientras el flujo de remesas se desinfla y el gasto público permanece congelado. Por el contrario, la exportación de capitales mexicanos avanza a paso veloz y los golondrinos buscan nuevos nidos en terceros países. Las tan cacareadas reformas ni de lejos dan resultados y, si los hubiere, serían a largo plazo, en el mejor de los casos.

¿Qué hacer? De entrada, no repetir el error de los panistas en Los Pinos, agarrar el toro por los cuernos y transitar por caminos alternativos, no vaya a ser que el catarrito de nueva cuenta nos agarre con los pantalones abajo, porque ha quedado más que demostrado que con discursos absolutamente nada se soluciona.

En vía de mientras, la Cámara de Diputados informa que, con base en información del Inegi, en el primer trimestre de 2013 el producto interno bruto real por habitante fue de 7 mil 416.73 dólares (comparado con 7 mil 443.73 dólares en 2012), lo que significó la primera caída después de 12 trimestres consecutivos con alzas, así éstas fueran leves. Paralelamente, las ventas en los establecimientos comerciales presentaron importantes disminuciones: al mayoreo retrocedieron 9.92 por ciento anual y al menudeo 2.4. En el mercado laboral, los trabajadores permanentes y eventuales urbanos registrados en el IMSS crecieron marginalmente, de tal suerte que las tasas oficiales de desocupación, subocupación y ocupación en el sector informal crecieron 0.17, 0.04 y 0.69 puntos porcentuales, respectivamente.

Por el lado de la inflación, reporta que la tasa anual de este indicador alcanzó 4.72 por ciento en la primera quincena de mayo, su octava alza quincenal consecutiva. Las exportaciones y las remesas presentaron una contracción, reflejo de la debilidad que manifestó la economía de Estados Unidos, y la inversión extranjera también cayó, producto de la incertidumbre en los mercados internacionales. La exportación de capitales mexicanos sobrepasó 20 mil millones de dólares en tan sólo tres meses, los primeros de 2013.

La Cámara de Diputados explica que, de acuerdo con el Inegi, en el primer trimestre de 2013 el PIB nominal fue de 15 billones 450 mil 557 millones de pesos, lo que implicó un crecimiento anual de 2.96 por ciento, resultado del aumento real de apenas 0.83 por ciento y el incremento de los precios implícitos del producto de 2.11 por ciento. “Lo último llama la atención debido a que el alza de precios en toda la economía fue menor a la registrada por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que, en el trimestre que se analiza, tuvo una inflación anual promedio de 3.69 por ciento.

La participación de las actividades primarias en el PIB a precios básicos fue de 3.92 por ciento (contra 3.69 en el mismo trimestre de 2012), la de las secundarias de 35.77 (37.75 un año atrás) y la de las terciarias de 62.66 (60.81 anteriormente). Esto implicó que el peso de las actividades productivas en el país fuera heterogéneo y cargado a los servicios, donde estos últimos ganaron participación respecto del año anterior.

El PIB nominal en dólares, eliminando el efecto inflacionario, sumó 9 billones 280 mil 619 millones de pesos a precios constantes de 2003. El PIB per cápita real fue de 80 mil 19.20 pesos, lo que implicó una caída anual de 0.36 por ciento, tasa que contrasta con el incremento que se tuvo en el mismo trimestre de 2012 (3.63 por ciento). En moneda estadunidense, el PIB por habitante fue de 7 mil 416.73 dólares, menor al registrado en 2012 (7 mil 443.73 dólares). De esa forma, el PIB per cápita real presenta su primera caída después de 12 trimestres consecutivos al alza.

Por lo que hace al mercado laboral, indica que en abril se registró, por primera vez en lo que va de la administración peñanietista, un saldo positivo en lo que se refiere a plazas laborales en el sector formal. Aún así, su tasa de crecimiento es la segunda más baja desde diciembre de 2011. La razón detrás de la ligera recuperación es que, tanto el sector de las industrias de la transformación (por ejemplo, la automotriz) como el de la construcción, recuperaron parte del terreno perdido en los meses previos. En términos anuales, la generación de empleo en las industrias de la transformación pasó de 165 mil 17 puestos de trabajo en marzo de 2013 a 185 mil 410 en abril; mientras que el ritmo de crecimiento del sector de la construcción pasó de 13 mil 448 plazas de trabajo en marzo a 32 mil 437 en abril.

Sin embargo, para el mercado laboral en su conjunto los datos no fueron positivos. En abril de 2013 la tasa oficial de desocupación se ubicó en 5.04 por ciento, lo que equivale a un retroceso de 0.17 puntos porcentuales respecto de lo observado un año antes. En zonas urbanas este indicador fue de 6.42 por ciento, para un incremento anual de 0.55 puntos. En términos desestacionalizados creció 0.11 puntos y la urbana 0.46 (5.14 y 6.26 por ciento, en ese orden). Estos dos fenómenos aparentemente contradictorios (mayor empleo formal y más desempleo) se explican por el crecimiento de la población económicamente activa (0.72 puntos porcentuales mensuales), es decir, aproximadamente 380 mil personas entraron al mercado laboral y sólo 84 mil lograron colocarse en el sector formal.

Lo cierto es que el mercado laboral no se recupera de la crisis económica de 2008, pues la mayoría de los indicadores continúan por arriba de lo observado previo a la crisis. En consecuencia, es necesario que la economía mexicana dinamice sus fuentes de crecimiento internas, a fin de mejorar las condiciones en el mercado laboral, ya que se mantiene sombrío el panorama para el sector externo. Además, la actividad económica podría afectarse negativamente si se materializa el riesgo de una mayor reversión de los flujos de capitales que han llegado a México.

Las rebanadas del pastel

El catarrito, pues, agarra forma, y el apanicamiento gubernamental también.