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Acoge exposición de moda anual centrada en esa estética transgresora, informan

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se pone bien punk
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de mayo de 2013, p. 6

Nueva York, 7 de mayo.

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York saca su faceta más rebelde para acoger su exposición de moda anual centrada esta temporada en la transgresora estética punk.

Con el nombre Punk: Chaos to Couture, la sublime muestra examinará del 9 mayo al 14 de agosto el impacto de este movimiento en las grandes esferas de la moda desde su nacimiento en los años 70 del siglo pasado hasta la influencia al día de hoy.

A diferencia de anteriores ediciones monotemáticas, como la exposición de Alexander McQueen en 2011, o el diálogo de estilos entre Miuccia Prada y Elsa Schiaparelli de la pasada primavera, Punk: Chaos to Couture ofrece una rica selección de diseños procedentes de más de 40 maestros top de la moda.

Entre la lista figuran los nombres de Miguel Adrover, Christopher Bailey (Burberry), Francisco Costa (Calvin Klein), Dior, Domenico Dolce y Stefano Gabbana (Dolce & Gabbana), John Galliano, Karl Lagerfeld (Chanel), Helmut Lang, Alexander McQueen, Franco Moschino y Rossella Jardini (Moschino) o Miuccia Prada.

El comisario del Instituto del Traje del MET, Andrew Bolton, señala en rueda de prensa que “desde sus orígenes, el movimiento punk ha tenido una influencia incendiaria en la moda.

“Aunque la democracia del punk se sitúa en oposición a la autocracia de la moda, los diseñadores continúan apropiándose del vocabulario de dicha estética para capturar su rebeldía juvenil y impacto agresivo".

Cadenas y cremalleras

A lo largo de cien únicas piezas, la exposición se divide en siete bloques que repasan las singularidades básicas de esta estética originada a caballo entre Nueva York (1974) y Londres (1975) como frustración con el estado hegemónico del rock & roll convencional.

“Nunca me vi como diseñadora de moda, sino como a alguien que quiso confrontar el deteriorado status quo a través de la forma que vestía. y eventualmente esta secuencia de ideas culminó en punk”, reza en la entrada de la muestra una cita de Vivienne Westwood, madre del movimiento junto a su ex pareja Malcolm McLaren.

De hecho, la exposición arranca con la reproducción de las dos grandes cunas de dicha estética: la tienda Seditionaries, de Westwood y McLaren en Chelsea (Londres), y el club neoyorquino CBGB, en East Village.

Jugábamos básicamente con la idea de la provocación, y en muchas ocasiones, relacionada con sexo; y si no tenía que ver con sexo tenía que ver con política. Eran sólo diseños que con suerte no parecían educados, porque la última cosa que querías hacer en mi tienda era parecer educado, dijo hace tiempo McLaren en una entrevista que la exposición recoge en su introducción.

En una primera galería encontramos las icónicas piezas de Westwood, lideradas por sus provocadoras camisetas Tits, Two Cowboys, Black Footballer o Rape, en diálogo con diseños más contemporáneos de aquellos que se han influenciado por este único estilo, entre los que figuran Alexander McQueen o las hermanas Kate y Laura Mulleavy, al frente de Rodarte.

La faceta más purista del punk recae en elementos decorativos como cadenas, cremalleras, pinchos, candados y otros accesorios sadomasoquistas que explotan la estética de la violencia.

Como ejemplo de la evolución de esta tendencia encontramos versátiles diseños de Christopher Kane, Gianni Versace, Domenico Dolce y Stefano Gabbana, Nicolas Ghesquière (Balenciaga) o Viktor Horsting y Rolf Snoeren (Viktor & Rolf).

Sin duda alguna, la mayor influencia en la moda por parte de la filosofía punk ha sido la práctica de la destrucción con prendas rasgadas o rotas –ya sea intencional o involuntariamente– utilizadas como símbolos del deterioro económico o el estancamiento político.

Siguiendo esta tendencia, encontramos al español Miguel Adrover con una camiseta de I Love NY, de apariencia desgastada, o Karl Lagerfeld de la mano de un traje chaqueta tweed rasgado.

No se puede hablar de la moda punk sin mencionar el collage de distintos materiales, predominantemente reciclables, ni de la fuerte influencia de la corriente del grafiti especialmente en las camisetas de Martin Margiela, Franco Moschino y la propia Vivienne Westwood.

Como marca la tradición, la inauguración de la exposición fue acompañada de su gala altruista en la que las celebridades de Hollywood y los iconos top de la moda desfilaron por las escalinatas del museo, convertidas por una noche en una de las alfombras rojas más esperadas del calendario.

La cantante Beyoncé ejerció de anfitriona de la gala, que también contó con la participación de la actriz nominada al Óscar, Rooney Mara; el director creativo de Givenchy, Riccardo Tisci; o la editora de Vogue Estados Unidos, Anna Wintour.