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A la mitad del foro

Las nieves de mayo

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Confrontación de manifestantes y policías el pasado primero de mayoFoto Marco Peláez
U

n primero de mayo blanco. Con Europa desquiciada por la miseria producto del dogma de austeridad, con la izquierda de América del Sur en caída libre, con el México de las alternancias entrampado por los combates imaginarios de las reformas estructurales que tanta falta nos hacen, los obreros marcharon al lado de los desempleados. Hubo duras protestas en Europa y desordenada violencia del caos anarquizante en México. Pero el parte de la autoridad y de los medios de opinión fue de saldo blanco.

Increíble. Sería por los vaivenes del calentamiento global que al llegar mayo floreciente y cálido hubiera intensas nevadas en Estados Unidos y en la Unión Europea. Lo de Guerrero forma ya parte de nuestro nuevo rito de guerras floridas: con la violencia recurrente y el poder constituido de hinojos, en oración para que los manifestantes de la protesta, en este caso maestros a los que se han unido cuerpos armados de autodefensa y las ya tradicionales organizaciones sociales de la izquierda tropical, no logren hacerse de su muertito. O sus muertos. La montaña es testigo de los años de guerrilla y de guerra sucia, la Guerra en el Paraíso de Carlos Montemayor. El Día de la Santa Cruz entraron y salieron de prisiones federales cuatro detenidos por un gobierno estatal ausente, extasiado ante su imagen reflejada en el espejo de la propaganda oficial imbatible.

Jornada blanca y hora de lanzar cohetes. Nadie va a levantar las varas. Aquí vino y se fue Barack Obama, en olor de buena vecindad. Enrique Peña Nieto y los que –dicen sus críticos– le preparan las notas informativas y el manejo de los medios de comunicación masiva, electrónica, impresa y de boca en boca, lucen rostros de satisfacción y resultaron beneficiados hasta por el supuesto disgusto de las agencias de seguridad de EU, especialmente la DEA y la CIA. Dice The Washington Post, en notable artículo de Dana Priest, que esas agencias, el Pentágono y la embajada de Estados Unidos en México aplicaron alegremente la estrategia de neutralizar a los capos mexicanos del narcotráfico; y fincaron plaza para compartir información con México, para dirigir las operaciones en México. Guillermo Valdés, a la sazón director del Cisen, declara paladinamente: Las operaciones cotidianas eran concebidas en México y aprobadas por el embajador estadunidense, Carlos Pascual.

Así dice: aprobadas. La CIA integró un centro de fusión en el Distrito Federal y la DEA su propio centro de lo mismo en Monterrey. Wikileaks es al sonido y la furia una historia de horror narrada por los manipuladores de patéticas marionetas. Según el artículo de Dana Priest, Felipe Calderón, entonces presidente de la República, impresionado por los resultados obtenidos en Irak y Afganistán, solicitó al gobierno de George W. Bush drones, aviones no tripulados, con capacidad de fuego. No se los dieron, porque se producirían demasiadas víctimas colaterales; pero le proporcionaron drones para vuelos de espionaje desde el río Bravo hasta Michoacán. Más, quería más. Y los compró. Ya Wikileaks nos había enterado del desorden de nuestras fuerzas del orden que se negaban a colaborar entre sí.

Y sembraron desconfianza que capitalizaron los que montaron centros de fusión y la confusión del mando en una guerra que produjo decenas de miles de mexicanos muertos. Y la cotidiana, sistemática violación de la norma constitucional: Felipe Calderón nunca solicitó autorización del Congreso para la suspensión de garantías, simplemente impuso el estado de excepción. La violencia impera, todavía, y quién sabe por cuánto tiempo más. Pero la visita de Obama y el prólogo noticioso permitirían dar paso a la colaboración entre gobiernos soberanos. Miguel Osorio Chong fue a Washington y anticipó en lenguaje diplomático que seguiría el combate al crimen organizado, pero que el conducto para funcionarios y agencias de Estados Unidos sería uno solo: la Secretaría de Gobernación.

La voz presidencial de Barack Obama traduciría la supuesta diferencia de opinión en acuerdo de jefes de gobierno, de jefes de Estado. La forma, el método elegido para atender el problema de la seguridad pública, es asunto de los mexicanos; y nosotros apoyaremos lo que decidan. El presidente Obama voló rumbo a Costa Rica y nos dejó un notable discurso pronunciado en el Museo de Antropología. Ante jóvenes estudiantes, invitados especiales y funcionarios habló de la educación, tema que, por fortuna, y espero que por voluntad expresa de los equipos de trabajo, se incluyó entre los acuerdos de Barack Obama y Enrique Peña Nieto. Ciencia y tecnología, el intercambio de becarios: 100 mil de la América nuestra a Estados Unidos y 100 mil del vecino del norte a nuestros institutos de educación superior.

Eso no debe irritar ni a los inconformes por causas justas o la obsesiva fijación de la dictadura perfecta y el extraño retorno del sistema que produjo a Vaconcelos, a Torres Bodet, a Narciso Bassols, a la educación pública gratuita y laica, visto a través de abalorios de feria, personificado, según sentencia de las masas electrónicas, por un discurso ignaro y autoritario. Queda la visión de la raza de bronce en voz de Obama, de la raza por la que hablará nuestro espíritu. “El futuro con el que ustedes sueñan, el que ustedes se imaginan, tienen que ganárselo. Nadie más puede hacerlo por ustedes, Tal como lo escribió Nervo en La raza de bronce: tú eres el sueño. Tú eres el sueño”.

Y el dilema hamletiano. La pesadilla de la violencia que no cesa y el hambre que se extiende. Enrique Peña Nieto, Miguel Osorio Chong, el general Salvador Cienfuegos y Jesús Murillo Karam tendrán que cumplir los objetivos de reducir la violencia criminal y combatir el hambre. Y confirmar, antes de poder dormir plácidamente, qué harán ambos gobiernos con los centros de fusión establecidos en Monterrey y en la ciudad de México. Resolver, informar, para que no impere la confusión. Bajo la sombrilla del Museo de Antropología, entre los invitados por la embajada de Estados Unidos, los gobernadores del estado de México, Eruviel Ávila; de Morelos, Graco Ramírez, y Rafael Moreno Valle, de Puebla. Del PRI, del PRD y del PAN. Cada quien su pacto. Ahí estuvieron César Camacho y Jesús Zambrano, pero no se vio a Gustavo Madero.

Saldo blanco. Pero arden Guerrero, Michoacán y Oaxaca. Chiapas es un polvorín y al gobernador, nieto de gobernador, no se le ven piernas pa jinete. Y en Chihuahua el gobernador del estado, ex diputado del PRI, sabedor de que se ha incluido en la Constitución que la nuestra es una República federal, democrática, representativa y laica, dice el 21 de abril en acto público, ante 14 mil personas entre las que se encontraban los representantes de los tres poderes del estado, el alcalde de la capital y el rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, y teniendo como testigos e intermediarios por supuesto al arzobispo católico de Chihuahua, a los prelados de las seis diócesis de dicha iglesia en la entidad y alrededor de 150 sacerdotes: Yo, César Duarte, me consagro al corazón de Jesús y a la Virgen María.

Acto religioso en el que incluyó a su gobierno y al estado de Chihuahua. Cito entre comillas del artículo de Roberto Blancarte: Un gobernador de pacotilla. Coincido y comparto la vergüenza y la indignación por semejante despropósito. Aunque nieve en mayo y en Europa únicamente Angela Merkel tenga asegurada la permanencia en el poder.