En una entrevista con La Jornada en noviembre de 2002, el compositor cubano César Portillo de la Luz, quien murió ayer a la edad de 90 años en La Habana, consideró al bolero “como un hecho artístico cultural, más allá del hecho musical entretenedor. Pienso que el bolero, por haber nacido y por ser cantado en español, ya es parte de la cultura iberoamericana. Es necesario que analicemos y tomemos en cuenta no sólo a quien lo compone y a quien lo canta, sino los medios que ayudaron a difundirlo oportunamente desde los años 30; por medio de la XEW, don Emilio Azcárraga Vidaurreta hizo toda una política musical de la que surgieron compositores nuevos, cantantes nuevos, orquestadores nuevos...

Toda esta etapa influyó poderosamente en la difusión del bolero y acostumbró a las personas a oírlo en la radio. Sin esa costumbre, la industria discográfica no habría podido desarrollarse, porque la gente no tendría el hábito de consumir tanta música. Con todo, estoy planteando que es hora ya de analizar el bolero desde un enfoque antropológico social, no sólo como musicología. El bolero ya es algo más que música, es cultura.

Además, en la entrevista citada opinó que los discos de boleros que grabó el cantante Luis Miguel: ...rescataron el interés de la juventud por el bolero, y cuando la juventud se interesa en el bolero está reafirmando un género de gran importancia en la cultura latinoamericana... el interés de la juventud por el bolero fortalece su vigencia y reafirmación como hecho cultural. Pienso que los viejos cantantes de bolero tienen que agradecerle a Luis Miguel que haya rehabilitado un género que ellos pusieron en órbita antes que él y que había caído un poco en desventaja respecto de otros géneros como el pop y el rock.