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El caricaturista recibió un homenaje en el encuentro editorial de la capital argentina

Como los niños poseen tanta información, ahora no me sorprende que lean a Mafalda: Quino
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 30 de abril de 2013, p. 6

Buenos Aires, 29 de abril.

Poco a poco las preguntas comienzan a repetirse para Quino. Y así ocurre porque cada vez su público es más joven, se renueva. Quieren saber si Quino es Felipito, o si él, al igual que Mafalda, odia la sopa. No, la sopa era una alegoría a los movimientos militares que teníamos que tragarnos, dijo el caricaturista en un encuentro con sus lectores, en el que estuvo acompañado por sus colegas argentinos Rep y Tute.

El de este sábado fue un pequeño homenaje a Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino, en un acto organizado por un banco local en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Filba) que esta noche abrió sus puertas de manera gratuita entre las 21 horas y la una de la madrugada.

Quino, quien el viernes firmó autógrafos, fue reconocido como un clásico de Argentina, cuyos dibujos marcaron y marcan a chicos y grandes.

Y le pregunta uno de sus acompañantes en la mesa si es verdad lo que dice Mafalda, que si cada vez hay más gente y menos personas.

“Sí. Siempre he pensado que cuando la civilización nuestra se termine, los extraterrestres se van a encontrar sólo las cajas de seguridad de los bancos, que son indestructibles y va a pasar lo que ahora ocurre, que cuando se hacen investigaciones (arqueológicas) y hallan algún objeto que no saben lo que es, dicen que es religioso o de culto. Y claro, los extraterrestres van a decir que esas cajas estaban dedicadas a Dios’.’

Manolito sigue vigente, dijo Quino, como así continúan Libertad o los inocentes como Felipe, aunque la gente inocente como él también se está apagando.

Traba, dibujar siempre lo mismo

Quino reconoció que el dibujo no se le daba. Hay quienes agarran la tinta china y comienzan a dibujar; yo comienzo con el lápiz y borro muchísimo. No sé dibujar, y dice que muchas veces tuvo que calcar a Mafalda.

Le preguntan si es cierto que dejó de dibujar a Mafalda, porque se le agotaron las ideas: La dibujé durante una década. Dibujar un personaje 10 años diciendo que el mundo anda mal... bueno me cansé. Se me ocurrían ese tipo de ideas y se me siguen ocurriendo: dibujar un personaje fijo siempre al mismo tamaño es una traba muy grande para la soltura de uno.

Tute y Rep le festejan que Mafalda siempre haya estado apegada a la realidad, excepto en una de las tiras donde la pequeña carga un sifón a la espalda. Quino, a su vez, reconoce el trabajo de cada uno de ellos.

Y sigue hablando de Mafalda, pues es lo que interesa a sus lectores. Y aunque Felipe fue creado a partir de uno de sus mejores amigos, recientemente fallecido, reconoce que el de las tiras soy yo con los problemas de Felipe en el colegio; también soy Miguelito, con todas esas preguntas fuera de lo común y que no sirven para nada, como a qué velocidad volarán las moscas. De Mafalda me sigo haciendo la pregunta de por qué la humanidad está destruyendo el Amazonas que es el pulmón del planeta y no hay quién me la conteste.

Santiago, de 10 años, le pregunta –en un papelito dado por los organizadores para la ocasión:

–¿Lo soprende que los chicos de 10 años lean Mafalda con atención?

–Me sorprendió al principio al ver que había tantos chicos que la leían. Cuando comencé a publicarla estuvo seis meses en la página principal y después salía en la página editorial del periódico. Nunca pensé que lo iban a leer chicos, la dibujé pensando en los grandes. Pero hoy no me sorprende, porque los chicos están tan informados como los adultos.