Economía
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En una década la banca captó 50 millones de usuarios en el país, afirma Ruiz Sacristán

El crédito bancario creció 3 veces más que la economía, dice ABM

El financiamiento a las pequeñas empresas ha tenido un avance vigoroso en los últimos años

Los bancos han invertido una cantidad fabulosa de dinero en prevención del lavado, sostiene

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El presidente saliente de la Asociación de Bancos de México, Jaime Ruiz Sacristán, en entrevista con La Jornada en sus oficinas de ReformaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Martes 23 de abril de 2013, p. 30

El crédito de la banca a familias y empresas creció en los últimos años tres veces más que la economía en conjunto. Hay que tener cuidado de no desbocarnos porque luego hay que pagar los platos rotos, plantea Jaime Ruiz Sacristán, quien esta semana deja la presidencia de la Asociación de Bancos de México (ABM), al mencionar la cifra.

La asignación de préstamos por parte de la banca ha sido vigorosa en los últimos años, dice Ruiz Sacristán en entrevista con La Jornada. En esa tendencia tiene que ver la incorporación de más personas al sistema financiero durante un periodo de tiempo ya prolongado, apunta. En la última década, añade, 50 millones de mexicanos se volvieron usuarios de servicios bancarios.

Ruiz Sacristán, director del banco Ve por Más, presidió la ABM, organismo que representa los intereses de las instituciones bancarias, durante los últimos dos años. El próximo viernes, durante la 76 convención bancaria, entregará la estafeta –en este caso un martillo, el símbolo con que se transfiere el mando en ese gremio– a Javier Arrigunaga, director general del Grupo Financiero Banamex.

La inclusión financiera, que más personas tengan acceso a los servicios financieros formales, es una tarea importante, una tarea pendiente. Se ha hecho bastante, pero falta mucho por hacer, plantea Ruiz Sacristán, en referencia a uno de los objetivos que se planteó al comienzo de su gestión al frente del gremio de los banqueros.

Otro de los temas que planteó hace un par de años fue incrementar la oferta de crédito, en particular a las pequeñas y medianas empresas, sector que ahora es objeto también de la atención de la iniciativa de reforma financiera que este martes presentará el presidente Enrique Peña Nieto.

El crédito a las pequeñas y medianas empresas ha tenido un crecimiento vigoroso en los últimos dos años. Los aumentos han sido arriba de 20 por ciento anual, aunque ciertamente desde una base muy baja, menciona. Este crecimiento se ha dado por convencimiento de los bancos. Actualmente, 650 mil pequeñas y medianas empresas reciben préstamos de la banca, agrega.

En México, recuerda Ruiz Sacristán, el crédito a empresas y familias es bajo comparado con el tamaño de la economía. Los bancos comenzaron a prestar hasta 2001 o 2002, luego de que interrumpieron el financiamiento después de la crisis de 1995, acota.

El crédito tiene que crecer en función de cómo crezca la economía del país. No puede crecer el crédito mucho y la economía no hacerlo, cuando es así hay un problema, apunta.

–¿La dinámica de crecimiento del crédito es sostenible, dada la evolución de la economía?

–El crecimiento económico promedio de México en los últimos diez años ha sido de alrededor de 2.5 por ciento anual, un aumento modesto. En ese lapso el crédito creció tres veces la tasa que aumentó el producto interno bruto. Es un multiplicador sano. Espero que el país crezca en los próximos diez años al doble de la década precedente, alrededor de 4 a 5 por ciento. Seguramente vamos a tener un crecimiento del crédito de aproximadamente tres veces el crecimiento del país.

En los próximos diez años el crecimiento nos va a llevar a que la penetración de crédito en el producto interno bruto va a ser mayor, vamos a crecer en forma importante, acota.

–¿Pero es sostenible ese ritmo de crecimiento?

–Crecer el crédito dos o tres veces el aumento del PIB, o más, es factible, pero también ya estaríamos en situaciones comprometidas. Las tasas que menciono son un promedio, hay segmentos que crecen todavía más. Entonces, en aquel que crece más que el promedio hay que tener cuidado. Va a haber un crecimiento mayor del crédito, seguramente. Pero siempre hay que tener cuidado de no desbocarnos, porque si nos desbocamos luego hay que pagar los platos rotos y eso nos regresa dos o tres años para atrás, como estamos viendo ahora en el mundo con todo lo que está pasando.

–En el caso de México, el crédito al consumo crece más que el promedio. ¿Ve un problema?

–No. Hubo un problema (con morosidad en tarjetas de crédito) por ahí de 2009. Se frenó un poco el crédito al consumo, hubo cartera vencida, pero luego ya se controló. Está creciendo en forma normal. El que más está creciendo ahora es el de pequeñas y medianas empresas, el de nómina también ha tenido crecimientos importantes.

–¿Considera que el crecimiento del crédito a consumo y el de nómina, en especial, representa un problema?

–Hay que ir vigilándolo y vigilar la cartera vencida. Afortunadamente la cartera vencida en todos los segmentos no ha mostrado un indicador que nos preocupe. La banca está bien capitalizada para crecer, tiene recursos para hacerlo, tiene la liquidez para poderlo hacer, está muy sólida y el país está creciendo. Todo esto se está conjuntando para que sea una cuestión favorable para todos.

–Durante su gestión al frente de la ABM fueron puestos en práctica mayores controles de prevención de lavado de dinero y manejo de dólares en efectivo en la banca. ¿Qué tanto ha avanzado el control del manejo en efectivo de dólares?

–El lavado de dinero es un problema mundial, no sólo de México. En esta parte de los dólares teníamos un exceso de circulación de billetes en efectivo. Los bancos compramos y vendemos dólares. Lo que pasaba es que después de vender nos quedaba un sobrante enorme, más de 13 mil millones de dólares al año que teníamos que exportar (a Estados Unidos). Entonces se tomaron las medidas (de restringir el manejo de dólares en efectivo en las sucursales) y la cantidad se ha reducido a alrededor de 4 mil millones de dólares. Ha habido una reducción muy relevante de esta cantidad en dos años y medio.

Los bancos han invertido una cantidad de dinero fabulosa en sistemas de prevención del lavado. En México se tienen sistemas muy avanzados de detección, mucho más que en otras partes del mundo. Y todo esto viene a raíz de Casablanca (la operación de lavado de dinero en bancos mexicanos descubierta en Estados Unidos en 1998). Se hacían cosas, pero desde ahí se reforzaron todos estos sistemas. Ahora es cierto que las personas del crimen organizado también son hábiles y buscan mecanismos, son muy creativos, siempre los bancos tienen que estar muy atentos y también ser muy creativos para anticiparse a esas circunstancias.

El enfoque de combate al lavado de dinero, apunta, se había centrado en los bancos, lo que era correcto.

Pero otros mecanismos, como la compra de autos o propiedades en efectivo, no eran vigilados. Alguien pagaba un auto en efectivo y la agencia automotriz metía el dinero a su cuenta; el banco no le preguntaba por tratarse de un cliente conocido. Pero estaban lavando dinero de esa forma, añade.

Una nueva ley de prevención del lavado de dinero, ya en vigor, involucra, dice, a toda la sociedad: a empresas, notarios, joyerías a que también vigilen esto y reporten si tienen este tipo de operaciones. Ya no sólo los bancos vamos a estar encargados de vigilar. Este es un proceso que nunca va a acabar, dice.

–En estos dos años ocurrió el cambio de gobierno. ¿Cuál es su opinión de estos primeros meses de la nueva administración?

–Este nuevo gobierno ha empezado de una forma muy importante, buscando transformar el país. Creo que este Pacto por México le ha dado al gobierno y al país la posibilidad de hacer los cambios que requiere. Fue un primer acierto del presidente Peña y también de los partidos políticos buscar un acuerdo para que el país pueda funcionar. Esto ha dado una perspectiva muy positiva, lo vemos en los mercados, la reacción que han tenido ante estas situaciones. También lo vemos en la gente, la veo muy optimista, muy esperanzada en que las cosas van caminando.