Sociedad y Justicia
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Gobiernos, religiones, mujeres y hombres pueden ejercerla

La misoginia está anclada al inconsciente, pero debe ser combatida: sicoanalista
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de abril de 2013, p. 40

La misoginia no puede erradicarse porque está anclada en los estratos más profundos del inconsciente, pero sí debe combatirse, sobre todo cuando se asume como algo normal o llega a extremos como el feminicidio, señaló a La Jornada el sicoanalista Miguel Kolteniuk Krauze, quien aseguró que aunque se suele asociar la misoginia con los hombres, ésta es más feroz en las mujeres.

En entrevista realizada en el contexto del X Diálogo Latinoamericano Intergeneracional entre Hombres y Mujeres, Intolerancia a lo Femenino, el experto, integrante de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM), comentó que las formas más evidentes de misoginia se traducen en “discriminación hacia la mujer en diversas áreas, por ejemplo la laboral y la familiar, el abuso sexual en todas sus manifestaciones hasta llegar al extremo inhumano del feminicidio”.

Añadió que no sólo hombres y mujeres pueden ser misóginos, también lo pueden ser gobiernos y religiones.

En el caso de las religiones patriarcarles se acentúa la misoginia y la discriminación de las mujeres se presenta como si fuera normal o incluso ley de Dios, y se les prohíbe convertirse en ministras de culto.

Si los gobernantes son misóginos pueden establecer sistemas de gobierno con características misóginas, explicó.

El profesional en sicoaálisis –disciplina fundada por Sigmund Freud–, que cuenta con una experiencia de más de 25 años como docente, habló de una teoría, que reconoció es controversial, que sólo explica el origen de la misoginia y no la asume como aceptable.

Detalló que la misoginia originaria surge en el inconsciente de hombres y mujeres en la infancia a causa de pérdidas y traumas propios del desarrollo (término de la lactancia, nacimiento de un hermano menor y el cese de privilegios que conlleva el crecimiento) y de los cuales se hace responsable a la madre.

“La misoginia originaria la produce el desarrollo normal y se genera desde el inconsciente; ninguna madre va a decir ‘ahora voy terminar con la lactancia para frustrar a mi hijo’. Lo que dicen es ‘le voy a quitar el pecho, porque ya está grande’. Todos los humanos tenemos una misoginia originaria”, afirmó.

De ésta, continuó, se deriva la misoginia secundaria, que todos identificamos como tal y que no debe ser tolerada ni alimentada, sino combatida y sancionada, consideró.

También está la misoginia normopática, que considera normal poner a la mujer en desventaja, abusar de ella, hacerla víctima permanente y tratar de manipularla.

Sobre la misoginia femenina el experto fue tajante: es más feroz, y citó el caso de mujeres misóginas que están en situación de poder sobre congéneres, ahí sí que les va peor.