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Transición en Venezuela

Otra vez miente Capriles; no habrá recuento voto por voto, señala el líder de la Asamblea Nacional

Nuevo diferendo entre bloques por alcances de la auditoría electoral

Se desataría el demonio si se publican datos que indiquen anomalías graves: Albornoz

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Nicolás Maduro saluda a la mandataria de Argentina, Cristina Fernández, previo a la ceremonia donde rindió juramento como presidente de Venezuela para el periodo 2013-2019Foto Xinhua
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Los mandatarios de Cuba, Raúl Castro, y de Bolivia, Evo Morales, durante la ceremonia de toma de posesión de Nicolás MaduroFoto Ap
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Periódico La Jornada
Sábado 20 de abril de 2013, p. 4

Caracas, 19 de abril.

Aunque los bloques en conflicto celebraron la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de auditar 46 por ciento de los paquetes de los comicios del pasado 14 de abril, no se ponen de acuerdo en qué significa tal auditoría.

Para la oposición, según lo dicho por el ex candidato Henrique Capriles, se trata de un recuento voto por voto.

El fascista Capriles nuevamente miente; no hay conteo voto por voto, sólo se va revisar lo que está en el acta con la transmisión, escribe en las redes sociales Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Y agrega:

Ese 46 por ciento de auditoría adicional va a dar los mismos resultados, Nicolás presidente y Capriles va a seguir chillando.

En Venezuela, el sistema de votación es automatizado. El elector no vota en una papeleta, sino en una máquina dotada de una pantalla en la que aparecen las opciones. El ciudadano registra su huella digital para abrir los candados de seguridad y luego toca la cara de su candidato en la pantalla. Acto seguido, oprime votar. Entonces, la máquina le entrega una papeleta que él deposita en la urna. En un cuaderno de votación se lleva el registro de quienes sufragaron en cada mesa.

Por ley, el mismo día de la elección se audita 54 por ciento de los centros de votación. Esto no significa que el domingo en la noche se hayan abierto miles de cajas para contar las papeletas. El procedimiento es el siguiente: se eligen aleatoriamente los centros a auditar y de ellos una muestra (por ejemplo, si el centro tiene de 10 a 12 mesas de votación, se auditan cuatro).

La auditoría, en la que participan representantes de los candidatos, verifica que el número de papeletas en la caja se corresponda con los electores que sufragaron, con el número de serie de la máquina de votación y con los resultados anotados en el acta.

Ese procedimiento, practicado el pasado domingo en 52.98 por ciento de las mesas, se repetirá durante un mes en otro 46 por ciento.

Para la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, la resolución anunciada el jueves, y aceptada por la oposición, implica que la nueva auditoría certificará que el sistema automatizado funcionó correctamente y no un recuento de votos, como dijo el ex candidato Henrique Capriles. Si se volviesen a contar tendría que hacerse un escrutinio automatizado, añade.

Lucena afirma que el 14 de abril y ayer jueves se realizaron auditorías, y esta sería la tercera; así estaremos certificando que la plataforma tecnológica funciona perfectamente y los resultados son el fiel reflejo de la voluntad soberana de los venezolanos.

La funcionaria electoral también insiste en que la auditoría por hacer será en presencia de técnicos de cada campaña y que se verificarán 400 cajas por día.

Salga lo que salga, ellos no van a reconocer; sólo en Venezuela por capricho de la burguesía se hace 54 por ciento de las auditorías en caliente, cuando se cierran los centros de votación, dice Maduro en su discurso de toma de posesión.

En lo único que podrían estar de acuerdo los actores políticos es en que el proceso será largo.

Carlos Ocariz, director nacional de la campaña de Capriles, explica en un diario local que la impugnación, de hacerse, llevará meses.

Hemos sido sinceros con nuestro pueblo de que esta es una lucha épica y de largo tiempo. Se abre un nuevo camino que requiere de paciencia y firmeza, añade.

Según la oposición, hubo irregularidades en 11 mil 132 mesas, que van desde expulsión de sus representantes y voto asistido, hasta incongruencia entre el número de sufragios y las personas registradas, así como homonimias.

Entre los problemas que enfrentará la nueva auditoría está el de mantener en secreto los resultados que se vayan obteniendo.

Si se dan a conocer datos que indiquen que hubo irregularidades graves, entonces sí se desataría el demonio, dice a este diario el dirigente opositor José Albornoz.